Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
Libro de suspenso completo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
Han terminado por fin, y, cuando todos están saliendo de la habitación, Henry
mira con preocupación por la ventana. El cielo está negro. El viento aúlla
alrededor del hotel. Oye el crujir de las ramas cubiertas de hielo que se
balancean con el viento al otro lado de las ventanas. Siente un profundo
desasosiego. Más que eso. Es una sensación de pavor.
Salen de la habitación y David cierra la puerta. Los demás están ya entrando
en la de Matthew, donde David deja que sean ellos los que revisen el
equipaje, abran cajones, levanten alfombras y remuevan las cenizas. Observa
la reacción de Matthew mientras registran la habitación y las pertenencias de
él y de Dana. Se siente incómodo al ver que están examinando sus cosas, pero
nada más.
David se sobresalta cuando Henry encuentra una pistola. Está en la maleta de
Matthew, bien guardada, junto con munición.
—Tengo licencia —dice Matthew un poco a la defensiva—. No suelo llevarla
normalmente —les explica—. La guardo en la mesilla de noche de mi casa, por
si hay ladrones. Pero pensé que podría ser útil si salíamos a esquiar o a hacer
senderismo por aquí. Hay osos. Más vale estar preparados. —Mira a James—.
Se los puede espantar fácilmente con el sonido de un disparo. ¿No es así?
James asiente nervioso.
—Sí.
David hace una señal con la cabeza y Henry vuelve a guardar la pistola con
cuidado en la bolsa de viaje, que deja de nuevo en el suelo.
Matthew se agacha, coge la bolsa de viaje, se la acerca y la sube a la cama.
Saca la pistola de la bolsa y la carga de forma meticulosa. David se queda
inmóvil. Todos han dejado de hacer lo que hacían para mirar a Matthew. Coge
munición de repuesto y se la guarda en los bolsillos. No mira a nadie.
Sostiene la pistola en la mano. David se pregunta si debería decir o hacer
algo.
El tiempo parece detenerse. A David se le acelera el corazón. Todos se
quedan perplejos al ver a Matthew manejar la pistola. Como si tuviesen miedo
de que fuese el asesino y fuera a matarlos a todos. Pero, entonces, Matthew
levanta la mirada y… simplemente es Matthew.
—Podemos usarla como protección —dice. Y el momento de tensión pasa.
La habitación de Henry y Beverly está junto a la de Matthew, enfrente del
armario vacío de la limpieza. No encuentran nada ahí. Ni siquiera David sabe
qué buscan. Empieza a pensar que están cometiendo una estupidez al
registrar las habitaciones de los huéspedes. Las dos habitaciones que hay al
otro lado del pasillo, una enfrente de la otra, junto a la escalera de atrás,
están sin ocupar y limpias, preparadas para los siguientes huéspedes.
Sábado, 18:30 horas