Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
Libro de suspenso completo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
15
Beverly se ha cambiado de asiento, de forma que ya no está sentada junto a
su marido y no tiene que ver la silueta de Dana bajo la sábana.
Así que en esto se ha convertido su escapada de fin de semana en la que
tantas esperanzas había puesto. Su matrimonio se enfrenta a la ruina
inminente. Atrapados en un hotel aislado por culpa de una peligrosa tormenta
de hielo, sin luz, compartiendo el vestíbulo con el cadáver de una mujer a la
que su rico prometido puede haber empujado por las escaleras. Si ha sido así,
Dana debió de llevarse una gran decepción.
Ve que Gwen y Riley regresan. Gwen vuelve a sentarse en el mismo sillón que
hay enfrente de David donde estuvo sentada antes, sin mirarle. David la
observa con cautela. Ha pasado algo entre los dos, Beverly está segura de
ello. Anoche notó la química entre ellos. Esa química ha desaparecido,
sustituida por otra cosa que no sabe cómo llamar. Una especie de
incomodidad o recelo.
—No creo que debas sacar ninguna conclusión —le dice Riley a David de
repente, jugueteando nerviosa con su anillo.
—¿Perdón? —le pregunta David cortésmente.
—Al afirmar que la caída de Dana no ha sido un accidente.
—Tiene razón —interviene Henry con tono acusador y fulminando con la
mirada a David—. No sabes qué es lo que ha pasado, a menos que la hayas
matado tú mismo, cosa que dudo mucho.
Beverly mira a su marido, avergonzada ante su tono desdeñoso. Sabe que
Henry puede ser un poco estúpido. Probablemente, se esté sintiendo algo
acorralado y eso le haga ponerse agresivo. Es como un border collie. Siempre
necesita algo que hacer.
—En ningún momento he querido dar a entender que sé qué es lo que ha
pasado —contesta el hostigado abogado—. Me han preguntado mi opinión y la
he dado. No pretendo ser ningún experto.
Pero sí que es un experto, piensa Beverly nerviosa. Y el resto no lo son.
Lauren se mira una uña rota mientras trata de recordar si se ha traído una
lima de manicura. Mira todos los rostros sombríos que la rodean. No parece
que nadie esté disfrutando. Aunque quisieran, sería de mal gusto. El hecho de
que Candice se haya ido a la biblioteca a trabajar, como si no hubiese pasado
nada, le parece un poco insensible. ¡Dios, cómo le gustaría salir de ahí! Y
apenas acaban de almorzar. Se pregunta cuánto tiempo más estarán