Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
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atrapados en este hotel.
David cree que no ha sido un accidente, sino un asesinato. Ella intenta que
eso no le afecte.
Lauren piensa en Matthew, arriba. Está encerrado en su habitación por
consejo del abogado. Beverly dice que los oyó discutir. Se pregunta si será
verdad y, en caso de serlo, si eso hace que Matthew parezca culpable. Le
gustaría saber qué opina el abogado.
Bradley, siempre observador —esa es una de las cosas que hacen que sea un
buen camarero—, nota las distintas corrientes subyacentes que están
surgiendo en el vestíbulo del hotel de su padre. Todos los huéspedes se están
comportando de forma muy distinta a como lo hacían la noche anterior.
David parece pensativo y preocupado y Gwen parece angustiada. Ian no
muestra ya el comportamiento relajado y hedonista que tenía la noche
anterior y su novia, Lauren, parece callada, atenta. Y lo que quiera que
estuviese fastidiando anoche a Henry y a Beverly parece haber ido a peor.
Solo Riley aparenta no haber cambiado. Daba la impresión de ser un manojo
de nervios cuando llegó y sigue dándola ahora.
Cuando David dijo que creía que Dana había sido asesinada, todos los
huéspedes parecieron desconcertados, pero Bradley también percibió miedo.
Bradley sigue con su tarea mientras en su mente le da vueltas a todo sin
parar.
Sábado, 14:00 horas
Todos continúan sentados formando un corro en el vestíbulo. Beverly ha
estado pensando en su situación. Se ha obsesionado con la idea de que Henry
está liado con otra. Se dice a sí misma que esa idea es ridícula. Henry no es
precisamente un hombre fascinante, no es de los que tienen una aventura.
Ese pensamiento no se le ha pasado nunca por la cabeza hasta esta mañana.
Intenta alejar de su mente esa imagen tan desagradable.
Ve que David observa a Bradley mientras este va de un lado a otro con sus
tareas.
—¿Por qué no le echamos una mano a Bradley para liberarle de tanta carga?
—sugiere David con tono despreocupado—. Henry, ¿te importa ir a la leñera
conmigo para traer más madera para el fuego? Y quizá también para la estufa
de leña de la cocina.
—No tienen por qué hacerlo —dice Bradley, sonrojado.
—No es ningún problema —le tranquiliza David—. Tienes que atender a
demasiadas cosas.
Beverly ve cómo Henry deja su jersey bueno en el sillón junto al fuego y va