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Un invitado inesperado Shari Lapena

Libro de suspenso completo

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A continuación, la sargento Sorensen invita a Beverly Sullivan a que vaya al

comedor. El agente Lachlan, que sabe tratar de forma excelente a los

interrogados, le ofrece compasivo un vaso de agua a la afligida mujer. Ella lo

acepta y le da un sorbo.

—Señora Sullivan —dice la sargento tras leerle sus derechos—. ¿Puedo

llamarla Beverly? —Beverly asiente—. Siento mucho lo de su marido.

—Gracias —responde ella en voz baja mientras las lágrimas le inundan los

ojos. Lachlan le acerca con delicadeza una caja de pañuelos. Los ha

encontrado en la cocina.

—Desconocemos todavía la causa de la muerte. Parece que ha muerto por

causas naturales, pero habrá que hacerle una autopsia. —Beverly asiente y se

limpia los ojos con fuerza con un pañuelo—. Sé que esto debe de resultar

difícil, pero estoy segura de que comprende que debo hablar con todos los

que han estado aquí este fin de semana para tratar de averiguar exactamente

qué ha pasado… y por qué —prosigue Sorensen.

Beverly vuelve a asentir y se suena la nariz.

—Por supuesto.

Le pide a Beverly que le cuente su versión de lo que ha ocurrido a lo largo del

fin de semana. Cuando llega a la parte en la que meten el cuerpo de Bradley

en el vestíbulo, se inclina ligeramente hacia delante.

—Entonces, pasó una cosa rara.

—¿A qué se refiere? —pregunta Sorensen. Sabe qué le va a decir. Ya se lo ha

oído a David.

Beverly se queda observándola un momento y, a continuación, le contesta:

—Fue Ian. Estaba mirando a Bradley… —Vacila, como si no supiera bien cómo

describirlo.

—¿Cómo le miraba?

—Tenía una expresión en su cara, pero solo durante un momento. Estaba ahí

y, después, desapareció. Pero me puso la piel de gallina. Después de eso, no

me fío de él. Le susurré a mi marido que creía que Ian era el asesino. Justo

después de verle esa expresión. —Vuelve a apoyar la espalda en la silla—.

Henry no lo había visto. Después, cuando Lauren contó la verdad, que ella le

había estado protegiendo, que él no había pasado con ella toda la tarde…

—Continúe —dice ella cuando Beverly se detiene.

—Cuando Lauren dijo que le había estado encubriendo, todo empezó a tener

sentido. Él lo negó, claro. Estaba desesperado por que le creyésemos. La

situación fue… indescriptible.

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