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Un invitado inesperado Shari Lapena

Libro de suspenso completo

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Sin intención de quedarse atrás, Beverly sigue a regañadientes a los demás y

se asoma por la puerta. Hay dos grandes cisternas de cemento a la derecha.

—Ahora están vacías —dice Bradley.

Beverly siente un escalofrío. No entra en la habitación de las cisternas. Se

queda en la puerta, viendo cómo Bradley mira en el interior de cada una

manteniendo en alto la lámpara. David se acerca a él y mira también.

Bradley niega con la cabeza.

—Nada —dice.

—Mira —le advierte David con brusquedad.

Beverly dirige los ojos hacia donde David está mirando. Hay una ventana en la

pared del fondo, cerca del techo.

—Mierda —dice Bradley.

Beverly observa, tensa, cómo Bradley se acerca a examinar la ventana. Ve que

el cristal está roto. Hay dos trozos en el suelo, debajo.

—La ventana sigue cerrada —dice David junto a Bradley mientras inspecciona

la ventana.

—Entonces, puede que no sea más que un cristal roto —responde Bradley.

—O puede que lo hayan roto de forma deliberada, que hayan abierto desde

fuera y que alguien haya entrado por aquí y haya vuelto a cerrar la ventana.

Beverly siente un pequeño mareo.

—Será mejor que salgamos a echar un vistazo —propone David—. Para ver si

hay huellas. Iremos Bradley y yo. No tenemos por qué ir todos.

—Yo voy —se ofrece Matthew.

Sábado, 19:10 horas

Matthew se pone su chaquetón y sus botas y sale con David y Bradley al

porche. Tiene que lidiar con la fuerza del viento, furioso y ruidoso. Los

árboles parecen encogerse ante él. Han mirado todas las ventanas y puertas

de la primera planta desde el interior y se encuentran todas bien cerradas.

Solo está la ventana rota del sótano que tienen que ir a ver ahora. Matthew se

pregunta cómo van a rodear el lateral este del hotel para ver la ventana con lo

resbaladizo que parece estar el suelo.

Han tenido que dejar dentro la lámpara de aceite porque nadie quiere caerse

en el hielo con una lámpara de aceite en la mano. A falta de ella, tienen la

linterna del iPhone de Matthew, a David apenas le queda batería en el suyo y

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