Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
Libro de suspenso completo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
20
Sábado, 19:30 horas
David, Bradley y Matthew regresan al vestíbulo y ven los rostros de
nerviosismo de los que esperan dentro.
David se deja caer en un sillón junto a la chimenea y explica a los demás lo
que han encontrado.
—Así que tenemos una habitación que parece que ha sido utilizada y una
ventana misteriosamente rota —concluye—. Aparte de eso, no hemos visto
señal alguna de que haya otra persona en este hotel. Ni de que nadie haya
entrado ni salido.
Todos se miran en silencio, como si no pudieran encontrarle sentido a esta
información. Están visiblemente nerviosos.
—Entonces, ¿hay alguien más o no? —pregunta Riley con voz estridente.
—No lo sé —responde David—. Puede que sí. Puede que no.
—¿De verdad estás sugiriendo que podría ser uno de nosotros el que ha
matado a Dana y a Candice? —exclama Ian y, después, eleva la voz, incrédulo
—. ¿Por qué narices iba a matar uno de nosotros a ninguna de ellas? Ni
siquiera las conocíamos.
—Eso no lo sabemos. No sabemos si alguien de aquí conocía a Dana o a
Candice —dice David con voz calmada—. Yo no sé nada de ninguno de los que
estamos aquí. —Mira a su alrededor como si estuviese desafiando a los demás
para que hablen—. Por lo que yo sé, o por lo que nos hemos dado a entender
unos a otros, ninguno nos conocemos. Pero puede que no sea así. —Recorre
despacio con la mirada el grupo allí reunido—. En cualquier caso, cuando
llegue la policía habrá una investigación. Estudiarán con mucha atención el
pasado de Dana y el de Candice. Y a todos nosotros también.
Y sabe cómo va a ser eso. Observa cómo los demás se miran entre sí con
inquietud.
—Por ahora, debemos suponer que sí es uno de nosotros. Tenemos que saber
dónde estábamos todos esta tarde. Bradley vio a Candice viva cuando fue a
recoger su bandeja del almuerzo en la biblioteca. ¿Cuándo fue eso, Bradley?
—Sobre la una y media —responde Bradley.
—Todos estábamos juntos en el vestíbulo, a excepción de James y Bradley,
hasta que dieron las dos, más o menos, cuando Henry y yo fuimos a por leña