Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
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medida que vayamos investigando. —Y añade—: Lo que ahora mismo no
tenemos es algún tipo de móvil.
—Odio estar aquí sentado con los pies en alto y las manos atadas —dice
Lachlan con evidente frustración.
Ella suspira.
—Es Bradley quien me tiene perturbada —dice. Continúa dando voz a sus
pensamientos, pero en murmullos—: Conocía a Bradley. Siempre estaba
metido en algo. Era muy inquieto, siempre con algún plan en marcha. Tiene
algo que ver con esto, estoy segura. Vio algo o sabía algo y eso ha sido lo que
le ha matado. ¿Qué es lo que sabía?
—¿Quizá iba a chantajear a alguien? —sugiere Lachlan.
Ella le mira y asiente.
—Eso es lo que yo estaba pensando. No me sorprendería nada. Pero ¿a quién
estaba chantajeando? ¿Quién de ellos es nuestro asesino? ¿O es que hay más
de uno? —Se queda mirando al fuego un momento y, después, continúa—:
Cualquiera podría haber matado a Dana. Cualquiera de ellos podría haber
matado a Candice. Cualquiera podría haber matado a Bradley, salvo Henry y
Beverly. Ellos son los únicos que no habían salido cuando lo mataron.
—Sí —asiente Lachlan.
—Y cualquiera de ellos podría haber echado algo en la copa de Henry
Sullivan, por ejemplo, si es que de verdad lo han asesinado y no ha muerto
por causas naturales. Todos han declarado que se calentaban a cada rato
delante de la chimenea y Henry estaba sentado justo ahí. —Añade—: Ni que
decir tiene que Henry se estaba convirtiendo en un fastidio con tanto
fisgonear y tanta teoría y nuestro asesino debió de ponerse nervioso.
A David le duele el cuerpo entero de estar sentado en el sillón toda la noche
con los músculos en tensión. Está deseando irse a casa. Pero sabe que va a
pasar un tiempo antes de que ninguno de ellos se pueda marchar.
Pasa el tiempo mirando a Gwen, preguntándose si puede haber alguna
posibilidad de que ella esté dispuesta a verle cuando todo esto termine y
preguntándose quién será el asesino. Los demás parecen convencidos o, al
menos, lo parecían anoche, de que Ian es el culpable. Pero él no piensa lo
mismo.
Solo hay una persona aquí que sabe la verdad, piensa. Y ese es el asesino. Y él
tiene una idea de quién puede ser. Solo que no tiene ninguna prueba. Y no
quiere compartir su teoría con Sorensen. Al menos, no todavía.
Gwen está desesperada por saber quién es el asesino.
Rememora con inquietud lo que pasó durante las primeras horas de la