17.05.2021 Views

Un invitado inesperado Shari Lapena

Libro de suspenso completo

Libro de suspenso completo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

10

Sábado, 07:45 horas

Candice se queda en el comedor con los demás después del desayuno. Parece

que nadie sabe qué hacer. Todos están desconcertados, a excepción del

abogado, que sale del comedor después de desayunar con aire apagado pero

decidido. Candice se da cuenta de que la mujer de pelo moreno, cuyo nombre

ha sabido que es Gwen, le observa al salir.

Probablemente no tiene ni idea de quién es él.

A Candice le encantaría seguir al famoso David Paley escaleras arriba.

Apostaría lo que fuera a que se dirige a ver a Matthew Hutchinson y desea

más que nada en el mundo poder estar presente para oír lo que dicen.

Después, se recuerda que no debe ser tan malvada, que ese hombre acaba de

perder a la mujer con la que se iba a casar.

Eso es algo en lo que se tiene que esforzar, no dejar que su curiosidad se

imponga a la compasión. Al fin y al cabo, es por eso por lo que dejó el

periodismo y empezó a escribir libros. Al menos, los ensayos de largo formato

la han salvado de eso. Cuando escribe libros, descubre que aún puede

albergar sentimientos por aquello sobre lo que escribe, aún puede encontrar

en ella una sensación de decoro. El periodismo puede acabar contigo.

Mira a Riley, a la que anoche reconoció como una de las corresponsales de

guerra del New York Times. Ella tiene esa mirada. No la del periodista

insensible que no ha tenido más remedio que desarrollar una piel gruesa que

lo proteja. Ella está en el otro extremo. Está rota del todo, en carne viva. Se

pregunta si alguna vez Riley volverá a recomponerse. Reconoce un trastorno

de estrés postraumático nada más verlo. Ya lo ha visto antes.

Se alegra de no seguir siendo periodista. Aun así, hay un cadáver en el suelo,

a los pies de la escalera, y nadie sabe cómo ha llegado hasta allí. Sabe

interpretar bien las reacciones de la gente y no es estúpida. Parece que el

abogado sospecha que ha sido algo más que un accidente. Está tentada de

escabullirse arriba y ponerse a escuchar tras la puerta de Matthew. Pero se

controla.

—No podemos salir con este panorama —dice Henry con tristeza,

interrumpiendo sus pensamientos. Está mirando el hielo de fuera con el ceño

fruncido.

Las ventanas del comedor dan al bosque por el lateral este del hotel. Todo

está cubierto de un hielo reluciente. Es precioso, como si el mundo tuviese

por encima una capa de diamantes. Unos largos y afilados carámbanos

cuelgan de los aleros por delante de las ventanas. Parecen bastante

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!