Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
Libro de suspenso completo
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
—Estoy aquí —responde James. Su voz parece venir desde la derecha de
David, por la parte oeste del hotel—. Yo tampoco la he visto. Pero no se puede
ver nada aquí fuera. No responde. ¿Dónde narices está Bradley?
De repente, David se pone nervioso. ¿Por qué no ha respondido Bradley?
Puede que ya se haya adentrado en el bosque y no los pueda oír. Él y Gwen
avanzan vacilantes hacia el bosque.
Casi han atravesado toda la explanada hacia los árboles cuando David oye un
grito ahogado y el sonido de alguien que se cae. Y, a continuación, un chillido
agudo de auténtico dolor. Procede de algún lugar detrás de ellos, a la
derecha.
—¡James! —grita David con fuerza. Se gira y trata de correr en dirección al
sonido. Oye los jadeos de Gwen mientras avanza con dificultad detrás de él.
—¡Bradley! —Es la voz de James. La desesperación que hay en ella hace que
David sienta un escalofrío por la espalda.
David va dando traspiés y deslizándose cada vez más rápido, desesperado por
llegar hasta ellos, y deja a Gwen mientras ella trata de seguirle el paso a
duras penas. Pero cuando por fin ve a James, quiere cerrar los ojos y hacer
que todo desaparezca. La débil luz de la linterna ilumina la oscura silueta de
James agachado sobre Bradley, que está tumbado inmóvil, aparentemente sin
vida, en medio de la nieve y el hielo.
David se acerca hasta que casi se coloca junto a ellos. Bradley está boca abajo
en la nieve. Había salido sin gorro y tiene un fuerte tajo en la base del cráneo.
Hay manchas de sangre en la nieve.
James levanta los ojos hacia él, con la cara casi irreconocible por el dolor.
—¡Ayúdale! —grita—. ¡Tienes que ayudarle!
David se arrodilla en la nieve a su lado y dirige la débil luz hacia el rostro de
Bradley. Tiene los ojos cerrados y los labios azules. Parece muerto. David le
busca el pulso. No siente nada, pero, por un momento, tiene la esperanza de
que sea porque las manos le tiemblan y las tiene congeladas y adormiladas.
Es inútil, sin embargo. No hay nada. Bradley está muerto.
James empieza a soltar un lamento terrible. Es el sonido más espantoso que
David ha oído nunca, un gemido fuerte y desesperado, el sonido de un padre
que llora la pérdida de su único hijo. No puede soportarlo. Levanta la mirada
hacia Gwen y ve que ella le observa con miedo. Se queda sentado sobre sus
talones y siente deseos de echarse a llorar.
Oye que otros se acercan haciendo ruido. Los ilumina con la linterna. Ve a
Matthew y, detrás, a Lauren.
—¿Qué ha pasado? —grita esta antes de llegar hasta ellos, antes de que pueda
ver nada.