Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
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25
Hay en la habitación una especie de extraña y fascinante intimidad, con la
lámpara de aceite parpadeando y el crepitar del fuego, y todos ellos sentados
alrededor y juntos envueltos en mantas porque tienen miedo de irse a sus
habitaciones. Resulta atrayente.
—Me temo que yo tampoco tengo ningún secreto oscuro —dice Lauren en voz
baja.
Eso no es verdad del todo. Ha sobrevivido a una familia disfuncional y a una
época desagradable y corta en una casa de acogida, pero ha sobrevivido. Se
ha convertido en una mujer de provecho. No tiene por qué contarle esto a
nadie si no quiere.
—Por supuesto que ha habido cosas en mi vida que han resultado complicadas
y no las voy a contar. Problemas familiares, lo típico. No creo que nadie pueda
salir indemne de una familia. —Sonríe ligeramente—. Pero, desde luego, no
tengo nada que ocultar.
—¿Nada? —la provoca Riley.
Lauren se queda mirando a Riley, que a su vez la mira como si no la creyera.
Es como si Riley tuviese algo contra ella. Le parece justo. Lauren ha sido algo
dura con ella apenas un rato antes. Prácticamente le ha dicho que no está
nada bien. Al menos, ahora saben lo que le pasa y el motivo. Aun así, no va a
aguantar ninguna tontería por parte de Riley.
—¿Por qué es tan difícil de creer? —le pregunta Lauren directamente.
Riley se encoge de hombros y aparta la mirada.
Lauren decide dejarlo ahí.
—Entonces, ¿para qué son los somníferos? —pregunta Henry.
Lauren se queda atónita.
—Tengo problemas para dormir. Siempre los he tenido. Así que tomo
somníferos.
—Es verdad —asiente Ian a su lado.
Entonces, inesperadamente, Riley mira a Gwen y le pregunta:
—Si de verdad ha llegado el momento de las confesiones, ¿por qué no les
cuentas a todos tu gran secreto oscuro?