Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
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»Lo peor de todo era que yo no tenía ninguna coartada. Estuve sentado y solo
durante esa hora, en mi propia sala de estar. Determinaron que la hora de la
muerte debió de ser muy cercana al momento en que yo llegué a casa. No me
encontré a quienquiera que lo hizo por pocos minutos. Los detectives de la
investigación preguntaron al vecino si había visto algo, pero había salido a su
partida de bridge hasta justo antes de verme llegar, así que no me sirvió de
ayuda. Y el vecino del otro lado no estaba en la ciudad y los de enfrente se
habían acostado temprano. Nadie vio nada. —Mira fijamente al pequeño
grupo que está sentado a su alrededor, escuchándolo con los ojos abiertos de
par en par—. Cualquiera pudo haber aparcado en la calle y caminar hasta la
puerta o escabullirse por detrás. No robaron nada. No había señales de que
hubiesen forzado la entrada, pero Barbara pudo dejar entrar a alguien que
fuese un conocido. No le tenía miedo a nadie. Puede que estuviese teniendo
una aventura, no lo sé. Nunca sospeché de algo así. No encontraron nada al
respecto.
David mueve la cabeza despacio de un lado a otro.
—Es obvio que alguien quería verla muerta o que me quería tender una
trampa —concluye—. Nada me gustaría más que averiguar quién fue. —
Frunce el ceño—. Tuvieron que retirar los cargos. Pero este… estigma… se ha
convertido en parte de mi vida. Ojalá pudiese decir que me he acostumbrado,
pero no es así. Ni creo que pueda acostumbrarme nunca.
Dirige su mirada por turnos a cada uno de ellos.
—No puedo obligaros a creerme. Os he contado la verdad, pero he aprendido
que la gente cree lo que quiere creer. No puedo hacer nada al respecto.