17.05.2021 Views

Un invitado inesperado Shari Lapena

Libro de suspenso completo

Libro de suspenso completo

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

13

Lauren observa a Henry y a su mujer, Beverly, sentados uno junto al otro.

Apenas se hablan.

Riley y Gwen están sentadas aparte. Lauren nota una desavenencia. Se ha

estado fijando especialmente en Riley. El atisbo de histeria que Lauren notó al

principio, cuando la sacaron de la cuneta la noche anterior, sigue presente.

Incluso más. Riley mueve los dedos sin parar, dándole vueltas al anillo de

plata de su dedo índice, examinando con la mirada la habitación de manera

constante, como si buscara algo, alguna amenaza. Lauren nota que Gwen

evita a Riley, lo cual resulta extraño. Anoche, Gwen se mostraba de lo más

solícita, esforzándose por animar a Riley, pero ahora parece que no le

importa. Algo debe de haber pasado. Lauren recuerda la noche anterior,

cuando notó que el pequeño flirteo entre David y Gwen en el comedor terminó

de repente. Se pregunta si Riley tuvo algo que ver con ello. Y, si ha sido así,

cuál habrá podido ser el motivo. Celos, probablemente.

Riley es consciente de que Gwen está enfadada con ella. Pero tenía que

hacerlo. Riley estudia a David, le observa y trata de recordar qué es lo que

sabe del caso. Está casi segura de que es el abogado de Nueva York al que

arrestaron —y soltaron— por el violento asesinato de su mujer tres o cuatro

años atrás. Trata de recordar los detalles. La habían matado a golpes. Una

muerte especialmente violenta. La mujer había recibido tal paliza que le

habían roto la espalda. La golpearon repetidamente en la cabeza con algo

pesado, en la cocina de su casa, en uno de esos barrios caros de las afueras

de Nueva York. Nunca encontraron el arma homicida. El marido declaró que

había llegado tarde a casa del trabajo y se la había encontrado. Había llamado

a emergencias. Pero había alguna discrepancia en los detalles que aportó que

no le benefició. Un tiempo muerto. Un vecino había insistido en que había

visto entrar el coche del marido bastante tiempo antes de la llamada a

emergencias. El abogado lo había explicado diciendo que no había entrado en

la cocina nada más llegar a casa. No parecía muy probable.

Mira las manos de David, caídas a ambos lados mientras él está de pie junto a

la chimenea, esperando tranquilo la hora del almuerzo. Unas manos fuertes y

masculinas. Se pregunta de qué es capaz. Levanta los ojos y se da cuenta de

que él la está observando. Ella desvía la mirada.

Riley recuerda que se habían dado otras circunstancias sospechosas. El

matrimonio había tenido problemas. Habían hablado de divorciarse. Eso

mismo podría decirse de la mitad de los matrimonios, pero tenían una póliza

de seguros, muy considerable. Y no había indicios de que se hubiese forzado

la puerta.

Por lo que ella podía recordar, habían retirado los cargos. No encontraron

ropa con manchas de sangre ni el arma homicida. Sin ninguna prueba física

que incriminara al marido ni ningún testigo —aparte del vecino que había

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!