Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
Libro de suspenso completo
You also want an ePaper? Increase the reach of your titles
YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.
James hace lo mismo.
—No. Si pensara que eso fuese posible, lo habría dicho.
Matthew vuelve a hundirse en su sillón, insatisfecho y nada convencido.
—No le creo. —Pasa la mirada de James a Bradley y, después, al primero—.
Sigo pensando que hay algo que no nos habéis contado.
David ve cómo Gwen se levanta nerviosa de su silla y se acerca a las
ventanas. Hay más oscuridad en esa zona, pero él puede verla en la
penumbra. Gwen mira hacia fuera. No sirve de nada. No va a venir nadie.
David se levanta y va hacia ella. Siente cómo los demás le observan, pero no
le importa.
Ella se gira mientras él se acerca. Hay preocupación en sus ojos.
—Tengo que preguntarte una cosa —dice ella sin más preámbulos, con un
susurro.
Ha llegado el momento, piensa David. Me va a preguntar por mi mujer. Ha
estado hablando con Riley. Está seguro de ello. Debería haberle hablado a
Gwen sobre su pasado desde el principio. Pero… no era el momento más
adecuado. No se le cuenta a una mujer por la que te sientes increíblemente
atraído que en el pasado te detuvieron por asesinato.
—Lo que quieras —responde él en voz baja con expresión franca. Le va a
contar la verdad. Ella decidirá si le cree o no. No puede ocultarlo. Está por
todo internet.
Gwen vuelve a mirar brevemente a los demás, que están junto a la chimenea.
—Ahora no —susurra—. Pero tenemos que hablar, en privado, en algún
momento.
Él asiente. Eso le dará tiempo para pensar qué va a decirle. Cómo explicarlo.
No quiere ahuyentarla.
Lo único que Beverly desea es volver a casa. Quiere ver a sus hijos. Este hotel
ya no le parece tan encantador ni lujoso. Es oscuro, frío y desagradable.
Siente un escalofrío al recordar el sótano. Parecía el escenario de alguna
película de miedo. Siente como si fuera ella misma quien estuviese dentro de
una película de miedo. Esto no puede estar pasando de verdad, no a ella. Es
una mujer muy normal, con una vida muy normal, incluso aburrida. Nunca le
pasa nada excepcional. Y, en el fondo, le gusta que sea así.
Es terrible que el cuerpo de Dana siga a los pies de las escaleras. En serio, es
demasiado. Siente que están a punto de brotarle las lágrimas y se obliga a
contenerlas.
Quiere que se lleven ese cadáver. Cree que empieza a oler. Lleva ahí tumbado