Un invitado inesperado Shari Lapena
Libro de suspenso completo
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chocar con el borde del escalón de frente y desde arriba. —No puede
contenerse; el cinismo se apodera de él—. Si quieres intentar que un
asesinato parezca una caída accidental por las escaleras, es mucho mejor
hacer chocar la cabeza contra el poste en la dirección de la caída. —Consigue
llamar su atención.
—¿Qué estás diciendo? —pregunta Matthew a la vez que levanta la cabeza y
le observa por primera vez.
David le mira a los ojos.
—He dicho que no parece un accidente. Que parece que a tu prometida la han
asesinado.
—¿Qué?
—Creo que a Dana la han asesinado.
Matthew le vuelve a mirar como si por fin entendiera.
—Dios mío. No.
—Eso es lo que creo, sí.
Hay una larga pausa.
—Crees que lo he hecho yo —dice Matthew después.
—Ni lo sé ni quiero saberlo. Pero soy abogado criminalista y he venido para
ofrecerte asesoramiento gratuito hasta que contrates a otro.
—¡Yo no la he matado!
—De acuerdo.
—¡Estaba durmiendo, lo juro! ¡Ni siquiera sabía que había salido de la
habitación! ¿Por qué lo hizo? En ningún momento había salido de nuestra
habitación. El baño está justo aquí. No es sonámbula.
Eso es. ¿Por qué salió de la habitación?, piensa David. A menos que hubiese
discutido con su prometido. Y puede que, después, él fuera detrás, furioso.
Perdió el control y ocurrió la fatalidad. No lo quiere preguntar. No quiere
implicarse. Pero lo hace.
—¿Os peleasteis anoche?
—¿Qué? ¡No! Por supuesto que no. ¡Yo la quería! ¡Jamás le habría hecho
daño! —Ha elevado la voz y la vuelve a bajar—. Debe de haber alguna razón
por la que salió. Puede que oyera algo en el pasillo. No sé. Lo único que sé es
que yo estuve durmiendo todo el tiempo.