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Malanga la novela

Novela costarricense posmoderna, fragmentaria sobre una república imaginaria que dice ser un paraíso, pero tiene los conflictos ordinarios de toda sociedad del siglo XXI: doble moral, facilismo, droga, violencia, autoestima y, acaso, el narcoestado. Es una novela pastiche que procura hablar sobre el ser contemporáneo. Su correlato habla de un mundillo literario plagado de oportunistas y tramposos y reflexiona sobre la escritura. La novela está escrita en clave de humor negro.

Novela costarricense posmoderna, fragmentaria sobre una república imaginaria que dice ser un paraíso, pero tiene los conflictos ordinarios de toda sociedad del siglo XXI: doble moral, facilismo, droga, violencia, autoestima y, acaso, el narcoestado. Es una novela pastiche que procura hablar sobre el ser contemporáneo. Su correlato habla de un mundillo literario plagado de oportunistas y tramposos y reflexiona sobre la escritura. La novela está escrita en clave de humor negro.

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militante, pero en su desempeño es evidente el

despilfarro y la desobediencia reiterada a la

reglamentación operativa y a cualquier ley, cuando le

viene en gana.

Los roces no le dejan concluir su segundo período. No

hay rastros, sin embargo, de que tuviese vínculos con la

Corporación de Maderas de Bosques Tropicales,

antagonistas de don Álvaro.

Eso hace creer que volverá buscando uno y otro hueso

político, pues la gente por acá no sufre por las sanciones

morales más que una fiebre de dos noches.

Si hoy mismo la postulasen, no habría problema. Es

común que la gente recorte su currículum y conserve

solamente las buenas referencias. Así que podríamos

figurarla pronto en organismos internacionales y en la

cúspide del activismo nuevamente.

Los seis muchachos de corbata, chaleco y plaquita

solapada vuelven la mañana siguiente al Café La

Enramada, tan pronto abren. Preguntan, hurgan rincones,

remueven las mesas hasta que hacen enfadar al dueño. Es

entonces cuando Luis Cabrera Gómez enseña al

propietario su carné y su plaquita dorada.

El dueño es conminado a cerrar unas horas, para que el

equipo trabaje en paz. Como la tarde anterior estaban

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