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Malanga la novela

Novela costarricense posmoderna, fragmentaria sobre una república imaginaria que dice ser un paraíso, pero tiene los conflictos ordinarios de toda sociedad del siglo XXI: doble moral, facilismo, droga, violencia, autoestima y, acaso, el narcoestado. Es una novela pastiche que procura hablar sobre el ser contemporáneo. Su correlato habla de un mundillo literario plagado de oportunistas y tramposos y reflexiona sobre la escritura. La novela está escrita en clave de humor negro.

Novela costarricense posmoderna, fragmentaria sobre una república imaginaria que dice ser un paraíso, pero tiene los conflictos ordinarios de toda sociedad del siglo XXI: doble moral, facilismo, droga, violencia, autoestima y, acaso, el narcoestado. Es una novela pastiche que procura hablar sobre el ser contemporáneo. Su correlato habla de un mundillo literario plagado de oportunistas y tramposos y reflexiona sobre la escritura. La novela está escrita en clave de humor negro.

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Por lo demás, estas hormigas, de tamaño mayor que las

zompopas, alcanzaron diversidad de dimensiones. Desde

un ejemplar milimétrico hasta especímenes de catorce

centímetros han sido documentados por arqueólogos. al

excavar los territorios.

Su exterminio se explica si entendemos su incapacidad

de ser solidarias y su práctica casi permanente de estado

de guerra interior. Escasos dibujos sobre piedra nos

llegan como testimonio de… (¿De qué si ya dijimos que

no había civilizaciones en esos tiempos?) Posiblemente,

testimonio de hormigas comunes y corrientes, dibujadas

por niños, en los tiempos del imperio egipcio.

Citamos todo esto a merced de que, en la comunidad

vecina, Ciudad Caballo, se habla de una plaga que

destruye la madera y los cultivos. Por ejemplo, algunas

casas artesonadas van quedando expuestas, poco a poco,

los techos se aflojan y, al llegar la época de lluvias, no

queda menor rastro del cielorraso.

Ingenieros civiles de la misma ciudad, que ahora han

devenido en entomólogos, debido a la brutal cifra actual

de desempleo, han descartado a la variedad paraponera

como autora del ataque. Lo mismo han hecho con

termitas y, de tajo, han dejado fuera de sospecha a los

castores.

Setenta y tres casas han sido destechadas, durante la

última estación seca. Ni hablemos de la destrucción de

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