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Malanga la novela

Novela costarricense posmoderna, fragmentaria sobre una república imaginaria que dice ser un paraíso, pero tiene los conflictos ordinarios de toda sociedad del siglo XXI: doble moral, facilismo, droga, violencia, autoestima y, acaso, el narcoestado. Es una novela pastiche que procura hablar sobre el ser contemporáneo. Su correlato habla de un mundillo literario plagado de oportunistas y tramposos y reflexiona sobre la escritura. La novela está escrita en clave de humor negro.

Novela costarricense posmoderna, fragmentaria sobre una república imaginaria que dice ser un paraíso, pero tiene los conflictos ordinarios de toda sociedad del siglo XXI: doble moral, facilismo, droga, violencia, autoestima y, acaso, el narcoestado. Es una novela pastiche que procura hablar sobre el ser contemporáneo. Su correlato habla de un mundillo literario plagado de oportunistas y tramposos y reflexiona sobre la escritura. La novela está escrita en clave de humor negro.

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Estoy en la ruta 34, aunque odio manejar en estas vías.

Son rápidas hasta el peligro si andan despejadas, lo que

casi nunca ocurre. Lo habitual es ir a cuarenta por hora o

menos y rodeado de cabezales, casi tan preso como el

ganado. Cargan madera, contenedores de alimentos,

lavadoras, etc. Vienen del puerto o incluso, allende la

frontera.

Yo llevo la radio encendida, con el volumen en 25. A

estas horas, noticiero. Después, periodismo borrego: del

que queda bien con el poder, sí o sí.

A veces, camiones cargados con caballos, reses, pollos,

verduras. Uno mantiene la distancia para que la nariz no

le colapse. El olor a boñiga es permanente y las

maniobras osadas nos exponen a la muerte o, por lo

menos, a quedarnos en la carretera mucho más allá de lo

previsto.

Son tristes, bien tristes, los camiones ganaderos. Más

allá de su fetidez y de su resignación. El estado de

indiferencia y las voces del ganado, que parecen evocar

despedidas, me sacan de sitio y eso que nunca he querido

visitar un matadero. De hecho, toda mi vida fui carnívoro

con reparos.

Hasta que me llegó algo entre el asco y la conciencia.

8

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