Informe ESI Faur
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eportado por los directivos, el eje de cuidado del cuerpo y la salud es el que con mayor<br />
frecuencia está incorporado en el proyecto educativo institucional (90%). Le sigue en importancia<br />
el eje de derechos (87%). Aunque con un porcentaje elevado, el eje de género<br />
(78%) es el menos mencionado. 60 El trabajo cualitativo ya ha mostrado algunas de las<br />
dificultades y resistencias que el eje de género enfrenta en el ámbito escolar: cuestionamientos<br />
de tipo ideológico y/o religioso; desconocimiento; ausencia de percepción de<br />
discriminación e inequidad de género entre docentes y directivos.<br />
Resulta interesante notar que los dos ejes mayoritariamente incorporados a los PEI<br />
de los niveles Primario y Secundario son el de derechos y el de cuidado. El eje de cuidado<br />
del cuerpo y la salud aparece como la versión renovada del enfoque preventivo o “de riesgo”<br />
con el que tradicionalmente se ha abordado la educación sexual en el ámbito escolar.<br />
Por su parte, el eje de derechos está vinculado a las demandas sociales que se plasmaron<br />
en transformaciones legales y programáticas, y que colocaron en el debate público la<br />
cuestión de los derechos de niños, niñas y adolescentes y la problemática de los derechos<br />
humanos en general. El mayor recorrido histórico que estos enfoques arrastran puede<br />
coadyuvar a que sean estos los ejes que predominan entre los más trabajados respecto<br />
de la <strong>ESI</strong>. Pero, ¿hasta qué punto se está incorporando una mirada integral en la inclusión<br />
de la <strong>ESI</strong>? El siguiente resultado nos permite explorar algo de esto.<br />
La incorporación de contenidos de <strong>ESI</strong> al PEI redundó también en la modificación<br />
de las planificaciones del trabajo en las aulas, según reportan los y las propios/as docentes.<br />
Independientemente del nivel en el cual se desempeñan, la mitad de los y las<br />
docentes indicó que modificaron bastante su planificación áulica y un 10 por ciento adicional,<br />
que lo modificaron mucho. En contraposición, el 29 por ciento dijo haber modificado<br />
poco y el 5 por ciento prácticamente nada la planificación de sus clases a partir de la<br />
capacitación. 61 Si bien en todas las áreas son elevados los porcentajes de docentes que<br />
reportan haber modificado su planificación a partir de la capacitación masiva, los mayores<br />
cambios son reportados por los de Formación Ética y Ciudadana (73% indica bastante<br />
o mucho), seguidos de los y las docentes de Educación Física, Lengua y Literatura,<br />
y Ciencias Sociales (las modificaciones están en el orden de los dos tercios). Este dato<br />
puede sugerir la incorporación de una nueva mirada en el abordaje de estas áreas, donde<br />
no siempre los y las docentes a cargo de las disciplinas sociales se percibían involucrados<br />
en la Educación Sexual Integral. Por su parte, el 60% de los y las docentes de Ciencias<br />
Naturales —el área que históricamente abordó algunos de los contenidos vinculados a la<br />
sexualidad— declaró haber modificado su planificación.<br />
¿Cuáles son los cambios reportados en la planificación de las actividades áulicas?<br />
En consistencia con la alta valoración de los materiales pedagógicos, se observa que<br />
60. Diversidad y afectividad están en un mismo nivel (84% y 83% respectivamente).<br />
61. Este resultado debe tomarse con cautela dado que no es posible identificar en qué medida los y las docentes ya<br />
incluían en su planificación áulica contenidos <strong>ESI</strong> previo a la capacitación masiva. En otras palabras, es posible que<br />
algunos de estos/as docentes declaren que no modificaron su planificación porque ya lo venían haciendo previo a la<br />
capacitación.<br />
Balances y desafíos de la implementación de la ley (2008-2015)<br />
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