SUJETOS POLÍTICOS Isabel Rauber
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6. Otra tareas estratégicas<br />
155<br />
Ese imaginario se resumía, en el siglo XX en el socialismo, y<br />
puede ser que coincidamos en que hoy también se resume en él,<br />
pero cualesquiera sean las consideraciones particulares al respecto,<br />
hay coincidencias en que es necesario resignificarlo, reconstruirlo<br />
como utopía liberadora, y recuperarlo como opción revolucionaria<br />
actual de los pueblos. Y ello reclama también que la definiciónconstrucción<br />
de este socialismo sea obra participativa-creativa<br />
desde abajo, de todos aquellos que lo han de vivir, proyectándolo<br />
-por tanto-, según sus necesidades, aspiraciones y sueños.<br />
El socialismo del siglo XXI debe rescatar los valores y aportes<br />
positivos de las experiencias socialistas del siglo XX y, a la vez,<br />
superar las deficiencias en el terreno de la democracia revolucionaria,<br />
de la participación social e individual, buscando siempre<br />
nuevas vías y alternativas de creación y construcción política,<br />
social, cultural, de pensamiento, etc. Porque la propuesta socialista<br />
no puede basarse solo en el esqueleto (la estructura) de lo<br />
que se quiere, debe ser social integral, sin olvidar que el amor, la<br />
alegría, el deseo y la fe son también indispensables para plantearse<br />
y emprender la transformación-construcción de lo nuevo.<br />
Disputarle los sueños y la fantasía al capital<br />
Simultáneamente a la construcción y definición de elementos<br />
programáticos y principios ético sociales de la utopía, tenemos que<br />
ir construyendo nuestro mundo espiritual e ideal, nuestros escudos<br />
de ideas y fantasías. Tenemos que rodearnos de nuestras propias<br />
hadas y duendes, para que actúen como brújulas orientadoras<br />
de nuestros pasos en dirección a la nueva civilización. Hacia<br />
ella -en larga marcha- nos proyectamos individual y colectivamente.<br />
Adelantándola en nuestras prácticas la imaginamos siempre<br />
mejor, y en esa imaginación nos inspiramos para estimular<br />
nuestros deseos y sueños y atizar la voluntad para realizarlos.<br />
La lucha por la felicidad no pertenece ni al mundo de las<br />
telenovelas ni al de los ricos, es inherente a nuestra humanidad y<br />
seremos mucho más fuertes si logramos integrar a nuestras luchas<br />
y resistencias la posibilidad de vivir plenamente el proceso,<br />
sabiendo que la lucha a la vez que es por la felicidad, es parte de<br />
ella. A ella integramos nuestros sueños y fantasías, nuestras pasiones,<br />
angustias y deseos, y con todo ello, movilizamos fuertemente<br />
nuestra voluntad.