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oscuro, constituido por muchos y variados Egos, los cuales no quieren por nada del mundo, que los
individuos humanos se pongan a trabajar sobre estos distintos Egos, tratando de disminuirlos, con el fin
de tener la posibilidad de convertirse en unos individuos humanos interesados por saber más de la
inteligencia solar.
No obstante, el querer saber más sobre la inteligencia solar, se corresponde con la necesidad de
intentar disminuir la determinante influencia del Ego del trasfondo oscuro, sobre la claridad de la luz de
la conciencia, o lo que es lo mismo, el trabajar sobre cada uno de nosotros mismos, lo que no quiere
decir, que el individuo humano pueda hacer lo que quiera, es decir, que si un día se trabaja para intentar
disminuir la influencia del Ego del trasfondo oscuro, se pueda al día siguiente, hacer todo lo contrario, es
decir, olvidarse por completo de este trabajo interior y dejarse llevar totalmente por lo que de uno como
individuo humano quiere que haga el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi.
De hecho, se prefiere por parte de muchos individuos humanos, el no tener que trabajar
interiormente sobre cada uno de nosotros mismos, y en cambio poder ganar más dinero y mejorar de este
modo la situación económica dentro del Ego que construye y pone en marcha la ley de la vida cotidiana,
aunque para ello no tengan en cuenta, que este trabajo interior, no se puede dar, y que consiste en saber
más de la llamada inteligencia solar, cuando automáticamente a través del Ego del trasfondo oscuro de
la mente interior, se tiene dentro de si mismo, todos esos Egos, que son de tipo lunar y que forman parte
del Ego del trasfondo oscuro de la mente interior de cada individuo humano.
Por todo esto, el Ego es siempre algo lunar, y el planeta tierra en el que habitamos los individuos
humanos de la raza aria de inicios del tercer milenio sigue teniendo dos lunas, siendo la segunda luna
Lilith, que se halla un poco más distante que la luna blanca, aunque los astrónomos suelen ver a Lilith
como una lenteja, ya que es pequeña, siendo a su vez la luna negra, dado que las fuerzas más
perjudiciales del Ego llegan al planeta tierra desde Lilith.
De esta forma, el individuo humano no tiene aunque a simple vista lo parezca, una individualidad
psíquica concreta, por lo que no se puede dar ese trabajo interior, y que consiste en saber más de la
llamada inteligencia solar, que es la inteligencia que nos da la suficiente humildad para saber que los
mismos defectos psíquicos que vemos en los demás, lo tenemos cada uno de nosotros como individuos
humanos que somos, que es lo único que nos puede llevar a admitir, que hay que ponerse en lugar de los
otros individuos humanos, que a como cada uno de nosotros nos cuesta el trabajo interior de intentar
evolucionar la conciencia, por lo que todo lo negativo se seguirá produciendo en el planeta tierra.
De hecho, no hay mayor prueba de todo esto, como cuando en la relación con otros individuos
humanos, nos damos cuenta que de reojo nos echan una mala mirada, como de desprecio, lo que señala
que el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, no quiere comprender la situación precaria vital en
la que nos encontramos, y prefiere ser y por tanto actuar, conforme a lo que les dicta su propio Ego del
trasfondo oscuro.
Esto no sucedería si a través de la claridad de la luz de la conciencia, se fuese capaz de amar a cada
uno de nuestros semejantes, cosa que es imposible por causa del Ego del trasfondo oscuro de la mente
interior de cada individuo humano, que no quiere transmitir la necesidad de esta tarea interior de
evolucionar la conciencia frente al conformismo del Ego.
De esta forma, la mente interior de cada individuo humano, no es capaz de desintegrar el Ego del
trasfondo oscuro por si mismo, que es lo que da la liberación, y si en cambio es capaz Jesucristo que
encarnó la energía de Dios, ya que es un maestro evolucionado, que está más allá del dogma de salvar al
individuo humano del pecado, que dictan algunas religiones oficiales.
Lo mismo le ocurre a la ciencia oficial, que no reconoce que el feto de cualquier ser vivo pasa por
los cuatro reinos de la naturaleza, es decir, primero es piedra, segundo es planta, tercero es animal, y
cuarto hombre, pero la verdad es que no reconocen estos cuatro reinos de la naturaleza, porque se
quedan estancados en la geometría tridimensional de Euclides de largo ancho y alto.
De hecho, esta ciencia oficial, comandada por unos cuantos impositivos Egos del trasfondo oscuro
de la mente interior de unos pocos individuos humanos, prefiere que el individuo humano se quede
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