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universalidad, ya que es autónomo, el que no se rige por lo que no le dicen, que es la heteronomía, pero
tampoco por sus apetencias, o por sus instintos, sino por un tipo de normas, que cree debería cumplir, le
apetezca o no, que es lo que Kant llama responsabilidad moral, aunque la razón dialógica de Habermas,
y Apel, debe decidir que normas darse, teniendo un diálogo en condiciones de racionalidad, en
condiciones de simetría, satisfaciendo los intereses de todos, que es cuando las normas son correctas,
porque todos se ven beneficiados en el acuerdo, es decir, en el diálogo.
Mientras existe una racionalidad instrumental en la batalla cotidiana de la vida, ,Habermas habla
de que la racionalidad de los diálogos es comunicativa, y tiene en cuenta los intereses de todos, pero este
discurso ideal del que habla Habermas, no es capaz de explicar a los que no consiguen completar sus
intereses, el porque de esa no consecución de esos objetivos.
Entre estos individuos humanos, que no son capaces de completar esos objetivos o intereses, están
los que tienen el deseo de dar placer a su Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, y para ello se
adentran e inmiscuyen en el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, para que les sea
reconocido por este Ego social, que construye la ley de la vida cotidiana, que aunque hicieron algo útil,
en cambio la sociedad de este Ego social de la vida cotidiana, no se lo quiere reconocer.
Esto pasa mucho, porque cualquier individuo humano cree que la maldad, es del resto de la
sociedad, es decir, del Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, ya que parece no
querer saber, que la maldad de esa sociedad, parte de la que él mismo tiene dentro su Ego del trasfondo
oscuro de la mente interior, como individuo humano que es, y que si no lo reconocen la supuesta
utilidad de lo que ha hecho, es porque él mismo no se lo reconocería a otros, que como él creen que han
hecho muchas cosas, que merecerían otro atención por el Ego de todos y cada uno de los individuos
humanos, que es el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, y que por tanto nadie se
atreve a reconocer.
Pero la inercia académica burocrática, impide que el individuo humano estudie e intente
comprender la importancia de esta situación social, de no reconocimiento de la supuesta utilidad de lo
que se ha hecho, y que es una situación generadora de tantas insatisfacciones y frustraciones, y que
llevan a que el individuo humano, tenga multitud de imperfecciones, dentro del Ego que construye la
ley de la vida cotidiana.
Esta misma inercia académica burocrática, es la que impide por un falso orgullo, considerar el
reconocimiento oficial del estudio de la existencia de un fenómeno extraño, a ojos del complejo de
superioridad de los dogmas de la ciencia oficial, o a ojos del complejo de inferioridad de los dogmas
religiosos, como es el fenómeno de los objetos volantes no identificados, y que es seguido por un
número reducido de individuos humanos, a los que se les estigmatiza de seres iluminados o de simples
ignorantes.
De este fenómeno de los ovnis, no se habla, o cuesta mucho hacerlo, en los recintos académicos o
mediáticos de las instituciones, porque se cree que pertenece al ámbito de lo paranormal, es decir, de la
falta de lógica dentro de los cánones conceptuales, en los que se maneja los dogmas de la ciencia oficial
y los dogmas religiosos, a los que todo les parece una fantasía, menos sus eternas dudas y continuas
suposiciones, que nunca acaban.
Después de ver repetidas entrevistas sobre ciertos personajes, que han dicho ver cosas, que no
entran dentro de la lógica a la que nos tienen acostumbradas tanto los dogmas de la ciencia oficial, como
los dogmas de la religión, hay que señalar que los confundidos son esos dogmas, que aparentan estar tan
seguros de todo lo que afirman, ya que no admiten la existencia de un control consciente, que está más
allá de la lógica oficial de sus conocimientos.
De hecho, el dolor de la soledad de la conciencia, que es el origen del Universo, es el único dolor,
que puede hacer comprender al individuo humano, de la existencia por encima de él, de un universo, que
va más allá de la inercia lógica de los dogmas religiosos, y también de los dogmas de la ciencia oficial,
que en el fondo se convierten para este dolor de la soledad de la conciencia, en meras invenciones o
cuentos, que desde ciertas teorías, se van desarrollando de una manera tan lógicamente creíble, que
parecen comprender y aclarar aquello que parecía tan inexplicable.
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