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o visible, como por ejemplo, la personalidad egoica de ciertos individuos humanos, que cuando
desaparecen físicamente de la tierra, puede actuar sobre la parte egoica de otro individuo humano.
También esta luz del trasfondo de la conciencia, por unos instantes, puede tener la capacidad de
ver ciertos seres elementales de la naturaleza, como son aquellos que protegen los minerales de la tierra,
y que se encuentran situados muy superficialmente, aunque estos seres, pueden adoptar cualquier forma
física.
De todas maneras, también estos seres elementales pueden lanzar cualquier objeto físico, con tal
de hacerlo visible precisamente, en el mundo físico del Ego de los requerimientos de lo que el mundo
quiere de mi, pero como este objeto viene de la cuarta dimensión, vuelve al lugar de donde es su
procedencia original.
Como también hay determinados seres elementales de la naturaleza, que tienen la capacidad de
hacer regresar a su cuerpo físico, los bienes materiales más preciados por los individuos humanos de la
raza aria de inicios del tercer milenio, aunque el mayor bien, es cuidar lo más que se sea capaz, la luz del
trasfondo de la conciencia, que es el bien más preciado.
Pero todavía así, los que dirigen oficialmente el conglomerado institucional de los dogmas
religiosos del creacionismo científico, buscan siempre lo más supuestamente grande, para resaltar lo que
de verdadero tienen dichos dogmas.
Todo esto viene causado, porque estos dogmas religiosos del creacionismo científico, son en cierta
medida, la herencia de la racionalización que de la religión, hacen por ejemplo, los protestantes y
también los pensadores laicos del siglo XVIII y XIX, que hace que en muchos lugares de occidente,
desde el último cuarto del siglo XX, la religión vaya perdiendo paulatinamente ese sentido
supuestamente grande y eterno, y por eso como decía uno de los muchos filósofos de la ciencia y
filosofía oficiales, cuando se pierde o se busca el porque de la religión, se pierde todo.
Por ejemplo, a inicios del tercer milenio, otra actividad, que necesita de las creencias, como es la
política, y que es la que impone los valores que organizan la aplicación del Ego de los requerimientos de
lo que el mundo quiere de mi, a la organización de la sociedad, está perdiendo o se busca por parte de
muchos individuos humanos de la raza aria, el porque de la política, sobre todo, por parte de los más
jóvenes, que son quienes a los que aparentemente no le interesa la política como imposición de los
valores, que organizan la aplicación del Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi.
Aunque quizá, más que no interesarle la política propiamente dicha, lo que no le interesa, es el
juego que se traen los partidos políticos, sobre todo, cuando estos partidos, no sólo están alejados de sus
intereses valóricos y simbólicos como grupo social, sino que a nivel práctico, están gestionando
intereses alejados a la ciudad y su área de influencia donde nacieron, vivieron sus antepasados, y viven
actualmente cada uno de estos individuos humanos de la raza aria de inicios del tercer milenio.
Por todo esto, a lo mejor, la única solución que queda, es la independencia de estos territorios de
los estados actuales, y convertirlos en ciudades estados, donde las necesidades de estos individuos
humanos, sean mínimamente atendidas, no como pasa actualmente, que de lo único que tratan, es de
reducir la complejidad social, mediante la construcción social de la realidad, usando para ello los
dogmas de la ciencia oficial, que aparecen como cargados siempre de una verdad incuestionable.
Estos dogmas de la ciencia oficial, aparecen como cargados siempre de una verdad incuestionable,
porque aparentemente se pueden probar con los sentidos sensoriales, pero lo cierto, es que quien
únicamente puede solucionar las cosas de verdad, es la conciencia de cada individuo humano, aunque la
ciencia oficial y en concreto los partidos políticos, traten de dar unas soluciones aparentes,
simplificándolo todo, es decir, reduciendo la complejidad social, para así intentar captar más clientes,
como le ocurre a los dogmas religiosos del creacionismo científico, que a nivel ritual y práctico tratan
por ejemplo, de reducir la magnifica y majestuosa música del órgano en los cantos de la polifonía, por la
insulsa música de las guitarras, pensando que de esta manera van a llegar mejor, a la gente.
De esta manera, estos dogmas tanto de la ciencia oficial, como del creacionismo científico, no
están preparados para comprender que no es siempre la personalidad del individuo humano de la raza
aria, la que físicamente se hace visible, incluso palpable, sino que aunque aparentemente aparezcan en
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