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Por todo esto, lo que cada uno de nuestros Egos del trasfondo oscuro de la mente interior, cree
conocer, se ve forzado a luchar contra las intenciones y definiciones de la realidad de los demás
individuos humanos, que es lo que hace que haya que tener en cuenta una serie de características de la
interpretación científica de la realidad, como puede ser el de estar permanentemente conceptualizando,
es decir, definiendo selectivamente una serie de hechos sociales concretos, porque al Ego del trasfondo
oscuro de un individuo humano, le han llamado la atención, frente a otros hechos, que al menos hasta la
fecha no le llamaron la atención.
De hecho, estas características de la interpretación científica de la realidad, son meros conceptos
de la vida cotidiana, o tipificaciones según Schutz, dado que lo único que se ha hecho, ha sido transferir
los significados de la vida cotidiana, a un mundo en este caso diferente, que es el mundo simbólico de
los científicos sociales, que es un mundo cualitativo y relativizador.
Pero este mundo cualitativo y relativizador, que es el mundo de los científicos sociales, no es el
único que existe, ya que desde un principio, las ciencias sociales encarnadas en su disciplina académica
matriz, que es la sociología, tuvieron el complejo de inferioridad de tener que parecerse como fuese al
positivismo de la ciencia oficial, allá por inicios del siglo XIX, positivismo, que busca establecer leyes
universales al modo de las ciencias naturales, las cuales a su vez establecen un sistema de relaciones
conectadas casualmente, que parecen tener validez universal, ya que son leyes empíricamente válidas, y
por las cuales siguiendo esa lógica están disponibles para hacer predicciones posteriores.
No obstante, estas leyes universales, al modo de lo que son las ciencias naturales, parece que están
acordes para hacer predicciones posteriores, dado que por ejemplo, a inicios del tercer milenio, cuando
se comenta que el calentamiento global de la atmósfera, por haber contaminado el aire con el dióxido de
carbono y otros gases de efecto invernadero, lo que paradójicamente parece unir ESTAS
PREDICCIONES OFICIALES DE LAS CIENCIAS DE LA NATURALEZA, con lo que en su
momento ha sido dicho en el Apocalipsis y otros pasajes de la Biblia, de lo que se deriva, que incluso la
ciencia oficial, se esté convirtiendo muchas veces en un dogma en cierto sentido, ya que su permanente
denuncia de la responsabilidad del individuo humano en el cambio climático, si bien es cierto, NO DICE
NUNCA A QUE ES MOTIVADO, ES DECIR, AL EGO DEL TRASFONDO OSCURO DE LA
MENTE INTERIOR DE CADA INDIVIDUO HUMANO, QUEDÁNDOSE SÓLO AL NIVEL
SUPERFICIAL DE LA DENUNCIA QUE TAMBIÉN HACE EL APOCALIPSIS POR EL MAL
COMPORTAMIENTO QUE TIENE CADA INDIVIDUO HUMANO, PERO LA VERDAD ES QUE
NUNCA SE DICE, QUE ES PORQUE EL EGO DE CADA INDIVIDUO, SIEMPRE ACABA
VENCIENDO SOBRE LA CONCIENCIA.
Además, se ha llegado a tal obsesión por copiar y querer asemejar las ciencias sociales, a las
ciencias de la naturaleza, que los científicos sociales creen que estas leyes de las ciencias de la
naturaleza empíricamente válidas, tienen el mismo sistema de significados que las leyes de las ciencias
sociales, ya que la necesidad de la prueba y la refutación en las ciencias sociales, no se parecen en nada
a las de las ciencias de la naturaleza.
De hecho, bastantes científicos oficiales, consideran que la interpretación de los fenómenos
humanos por las ciencias sociales, carecen de unos significados, lo suficientemente explicativos, ya que
para estos científicos oficiales del positivismo, toda interpretación de cualquier fenómeno humano y por
lo tanto social, es siempre algo intuitivo y subjetivo.
De todas formas, la soberbia de estos científicos oficiales del positivismo, le hace que no se den
cuenta, de que para fortalecer la fe de sus creencias, tengan que volver a contradecir su fe anterior, de
finales de la década de 1970 y principios de la siguiente, cuando en mi niñez, se hablaba en los precarios
medios de comunicación de aquel tiempo, que había que prepararse para un enfriamiento mundial de la
propia tierra, pronósticos que a inicios de este tercer milenio son todo lo contrario, ya que los hechos
empíricamente observables del clima con los sentidos sensoriales de cualquier individuo humano, no lo
vino a confirmar, POR LO QUE SE PUEDE DECIR HUMILDEMENTE, QUE TODA HIPÓTESIS
CIENTÍFICA ES UNA AFIRMACIÓN DE PROBABILIDADES, QUE HACE QUE ESTOS
CIENTÍFICOS DEL POSITIVISMO OFICIAL, AFIRMEN DOGMÁTICAMENTE UNA COSA EN
UN MOMENTO, Y QUE LUEGO CAMBIEN también dogmáticamente DE OPINIÓN, CUANDO
LOS HECHOS EVIDENTES, NO LE CONFIRMAN SUS PREDICCIONES ANTERIORES.
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