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Las siete escuelas de yoga son el Hatha-yoga, que atiende a las necesidades físicas, es decir, es lo
que se conoce como la gimnasia, la segunda escuela es el Raja Yoga, que se ocupa de los chakras y
discos magnéticos, la tercera es el Gnana-Yoga, que se ocupa de la mente y sus poderes, la cuarta
escuela, es el Bakti-Yoga, que son las prácticas místicas, la quinta escuela es el Karma-Yoga, que se
ocupa del sendero de la recta acción, la sexta escuela es el laya-yoga, que se ocupa de la respiraciónmeditación
y la séptima escuela, es el Samadhi-Yoga, que se ocupa del éxtasis, es decir, es un estado de
la conciencia, en el que uno se desapega de esta conciencia.
En la actualidad, a inicios del tercer milenio, de lo único que se ocupa el individuo humano de la
raza aria, es de la escuela de Hatha-Yoga, que al atender solamente a las necesidades físicas, no está
capacitado para solucionar los problemas internos, y es sólo a través de la gnosis, que es el conocimiento
auténtico, como se puede tratar de saber y después intentar solucionar estos problemas interiores que
tiene cada individuo humano, y esto sólo ocurre, si este individuo humano, está capacitado para acceder
a este gnosis, para lo cual hay que recurrir al yoguismo.
Es por esto, que tanto los dogmas de la ciencia oficial, como los dogmas de los creacionistas
científicos religiosos, al no buscar su tabla de salvación en las ciencias escolásticas, no pueden apoyar el
panteísmo, que quiere decir, la universalidad de todas las cosas, es decir, que tanto para el Dios de los
filósofos griegos Platón y Aristóteles, como para los teólogos cristianos, Dios está en todo, mejor dicho,
su Dios está en todo aquello que tiene vida, sea un animal, una planta, es decir, en todo aquello que es
naturaleza.
De esta manera, el panteísmo, es el mismo culto a la naturaleza como manifestación visible de
Dios de los filosófos griegos Platón y Aristóteles y también de los teólogos cristianos, ya que quien crea
esta mecánica de la naturaleza, es la parte femenina de Dios, es decir, la madre naturaleza, y por todo
esto, los druidas, los apaches, eran panteístas, ya que la naturaleza era sagrada para ellos.
Y por todo esto, la crueldad del individuo humano de la raza aria, con la naturaleza, es decir, con
la parte femenina de Dios, se paga con la ceguera de este individuo humano de la raza aria, que destruye
colectivamente la naturaleza, sin saber que lo está haciendo como pago a su desafio a la madre
naturaleza, y que se traduce individualmente en problemas como la parálisis cerebral o la propia
ceguera, que es la manifestación de esta crueldad individual de cada Ego del trasfondo con la naturaleza
que le rodea.
Actualmente, en esta etapa de la raza aria, lo único que sobrevive del panteísmo dentro de cada
individuo humano, es decir, lo que permite que exista el Ego del trasfondo de cada individuo a nivel
colectivo, que es el Ego que construye la ley de la vida cotidiana, es el ecologismo, que juega a
comprometerse de verdad, con el trasfondo de luz de la conciencia, pero que en cambio a nivel
colectivo, sigue costándole entrar, porque el nefasto Ego de los requerimientos de lo que el mundo
quiere de mi, impide que la sociedad de la raza aria tome una definitiva decisión para la defensa
colectiva de la naturaleza., dado que sólo determinados individuos humanos de esta raza aria de inicios
del tercer milenio, son capaces de vencer la fuerza de su Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
Para acceder a la gnosis, que es el conocimiento puro, al que se accede en Oriente a través del
hinduísmo y el budismo.
De todas maneras, el hinduísmo, no atribuye al concepto de Dios una gran importancia, sino que
en el hinduísmo se trata de hacer lo que se considera justo y de vivir en armonia con el dharma, la ley de
todas las cosas, y por eso el hinduísmo no tiene una práctica religiosa obligatoria, no tiene dogmas, no
tiene un fundador que se conozca.
Por todo esto, todo es apariencia menos Dios, incluso el agua tiene un sentido profundo que
usualmente no se le conoce, ya que el agua es el reflejo de nuestra conciencia, que recoge lo voluble del
estado de animo, es decir, la armonía y la desarmonía, y la mejor metáfora es que el agua no puede
estarse quieta.
Por tanto, se hace necesario, ir apagando la conciencia de las cosas, incluso la conciencia de la
propia individualidad, para disolverse en el absoluto impersonal, pero este camino hacia el absoluto, no
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