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como el no sentir el dolor de la soledad de la conciencia, dolor del que surge el Universo entero, es
decir, la realidad, ya que además de ser el motor del origen del Universo, es lo que siente la verdad de la
conciencia.
Lo que siente la verdad de la conciencia, es siempre conocimiento, es decir, que es el conocimiento
de verdad, a diferencia de las condiciones de la conciencia sobre las que no se tiene capacidad de actuar,
dada la determinante influencia del Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mí, que
siempre impiden el verdadero y profundo conocimiento, pero que son las que al final actuan en la vida
cotidiana, y por eso tenemos el desastre de mundo en el que vivimos a nivel colectivo todos los seres
humanos.
Esto nos puede ayudar a comprender desde un punto de vista más general, tanto sociológico como
politológico, la crisis del hombre y de las instituciones políticas representativas en las que se organiza
socialmente hablando el individuo humano del tercer milenio, y de ahí que a inicios de este tercer
milenio, este individuo humano siga como en los siglos anteriores, sometido a las imposiciones de los
gobiernos de los estados, que a su vez están sometidos al poder de los detentadores del capital, es decir,
del dinero, lo que favorece la construcción de una sociedad egoísta, donde el individuo está cada vez
más manipulado por el mercado, ya que se rige por la ética de la producción y del consumo, propugnado
por el capitalismo liberal más feroz.
De esta manera, lo que produce la determinante influencia del Ego, sobre las condiciones de la
conciencia, es un conocimiento limitado, además de confuso y falso, ya que sólo permite ver a cada
individuo humano, la realidad desde el punto de vista del Ego de la vida cotidiana, sin importar que
dicha realidad sea una mentira, y por eso decimos que el Ego actúa, en este caso mintiendo, y la
conciencia siente, que viene siendo lo mismo que conocer esa mentira, como algo que le perjudica,
aunque no sepa muy bien como librarse de este Ego tan repugnante, que se hace tanto daño a sí mismo,
ya que la conciencia, precisamente por serlo, nunca se puede hacer daño a si misma, y por lo que la
conciencia hace responsable al Ego de todo lo malo que le pasa a cada individuo humano, y también al
mundo entero de la vida cotidiana, que además es la manera de conocer verdaderamente la realidad.
Por lo tanto, la responsabilidad de todo lo malo que le ocurre al ser humano, es una de las
condiciones que la Conciencia impone al Ego de todos y cada uno de los individuos humanos,
convirtiendo esta condición, en un principio normativo o ley, que el Ego de la vida cotidiana o Ego de
los requerimientos de lo que el mundo quiere de mí, no le importa cumplir, por lo que esta condición,
ley o principio normativo, es un conocimiento que lleva consigo mismo el Ego de todos y cada uno de
los individuos humanos, lo que lo convierte en principio y regla de todo acto humano, mientras que el
conocimiento de la conciencia, es la expresión de la sabiduría clara y auténtica del corazón místico que
en el fondo posee cada ser humano.
De este modo, el Ego de todos y cada uno de los individuos humanos, no quiere hacerle caso a
este conocimiento de la conciencia, y prefiere someterse a la esclavitud de la condición, que es igual a
un principio normativo o ley, por el que el Ego de todos y cada uno de los individuos humanos, elige
asumir la responsabilidad de que todo lo malo que le pasa al individuo humano, la tiene el mismo, es
decir, el Ego, ya que no quiere dejar que la conciencia luche, para intentar no verse sometida a dicha
esclavitud, siendo esta la causa, por la que el Ego de la vida cotidiana, vence la mayoría de las veces a la
conciencia.
Es por esto, que la libertad del conocimiento de la conciencia, se ve sometida a la esclavitud
determinante del Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mí, por lo que esta condición,
ley o principio normativo, se convierte en ley de la vida cotidiana, ya que el Ego elige asumir la
responsabilidad de que todo lo malo que le pasa al individuo humano la tiene él mismo, y por tanto, esta
ley de la vida cotidiana, que tiene detrás al propio Ego, se hace eterna, y por ello, es la que mueve todas
las cosas, hacia el caos que organiza el Ego que está detrás de esta ley de la vida cotidiana,
convirtiéndose este caos en la finalidad debida de esta ley de la vida cotidiana.
Por tanto, ley de la vida cotidiana y responsabilidad de todo lo malo que le pasa al individuo
humano, se retroalimentan, es decir, están relacionadas, y por lo cual, en este caso concreto, no hay una
causa y después un efecto, sino que para que se den, ambas se necesitan mutuamente, y por ello, no hay
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