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esta gente vive con pretensiones intelectuales confundidas por causa del Ego del trasfondo oscuro de la
mente interior, del que casi no sabe nada.
Este individuo humano de la raza aria, no sabe por tanto que puede salir de su cuerpo físico,
cuando el quiera, que es además, lo que le impide conocer la majestuosidad de la naturaleza y del
cosmos, ya que lo que quiere el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior es que los individuos
humanos no sean capaces de ver más allá de su mente, que está cargada y manipulada por la energía
negativa de este Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
También el individuo humano de la raza aria, sólo es capaz de observar el color azul de la
atmósfera, como un intenso azul, pero hay que señalar que dicho color azul, es el éter de la cuarta
dimensión, y que algún día será visible, en el mismo aire que respiramos, aunque los científicos oficiales
de la raza aria, nieguen la existencia real de este éter, y afirmen que sólo existe en los diversos campos
magnéticos que pueblan el planeta tierra.
De esta manera, en la cuarta dimensión, habitan los seres elementales de la naturaleza, por
ejemplo, los elementales del aire, que se denominan silfos, los elementales que viven entre las rocas de
la tierra, como son los gnomos, los pigmeos, los elementales del agua, como las nereidas, ondinas y
sirenas, o los elementales del fuego, como las salamandras.
Pero como el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, no quiere que el individuo humano
desarrolle sentidos extrasensoriales, como la clarividencia, que es el sentido extrasensorial, que tiene la
capacidad de verificar la realidad de la cuarta dimensión, por lo que el individuo humano de la raza aria,
se queda sin saber que es la cuarta dimensión, que es imposible de percibir dentro de las tres
dimensiones, más el tiempo, del Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi.
No obstante, la naturaleza, al ser algo consciente, dispone de una capacidad intrínseca con la que
poder penetrar en la cuarta dimensión, por lo que se hace imprescindible que el orgulloso individuo
humano de la raza aria, sea receptivo a adoptar ciertas posturas de su propio cuerpo físico, que le van a
permitir penetrar con su cuerpo físico en la cuarta dimensión, como por ejemplo, poniendo la cabeza
sobre la palma de la mano izquierda, y orientándola del lado en el que está situado el corazón, que
bombea la sangre que da la vida física al individuo humano, y concentrándose al mismo tiempo, en el
todo, es decir, en la naturaleza, a la que hay que pedirle que le lleva a uno, a esa cuarta dimensión.
De todas formas, hay que señalar, que estos seres elementales de la naturaleza, no se dejan ver
fácilmente, ya que no le gustan el exhibicionismo gratuito, y aunque ofrezcan su compañía, prefieren
seguir siendo no vistos, y aunque viven en la cuarta dimensión, a veces se dejan ver en las tres
dimensiones físicas de la naturaleza, por ejemplo, en algunas apartadas zonas boscosas, aunque los
científicos oficiales de la raza aria de inicios del tercer milenio, consideran que esto es pura fantasía,
aunque lo que no saben, es que es su Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, a través del orgullo
personal, el que impide que estos científicos oficiales no sean capaces de admitir más que las tres
dimensiones físicas que ven con sus sentidos sensoriales.
Tampoco estos científicos oficiales, son capaces de ver con sus sentidos sensoriales, la realidad de
las magas negras, es decir, las despreciadas brujas, que son capaces de penetrar en la cuarta dimensión, y
que a lo largo de la historia de la humanidad de esta raza aria, han llegado incluso a ser quemadas en la
hoguera.
Además, hay que señalar, que cuando un cuerpo físico, entra dentro de la cuarta dimensión, puede
adoptar cualquier forma, incluso dejar parte de su estructura corpórea sin definir, aunque de hecho para
la ciencia oficial, la que se práctica en las instituciones académicas de la raza aria de inicios del tercer
milenio, todo esto parezca una mera fantasía de unos iluminados.
De todas maneras, no hay que descartar lo que le pasaba a Apuleyo, que se transformaba en un
asno, o no olvidar las metamorfosis de Ovidio, o tampoco olvidar a las brujas de Tesalia, o el caso de la
licantropía y sobre el hombre lobo, y aunque muchos individuos humanos de la raza aria, no se tomen en
serio todas estas cosas, no estaría demás que repasasen la Divina Comedia de Dante. donde encontrarán
a las brujas del aquelarre en el Averno, maltratando al todo existente.
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