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De esta manera, este método cognitivo de la conciencia, que siempre construye algo, porque
diferencia lo que quiere conocer y lo que no, es el método propicio para la gran política, que es la que
trata de mejorar realmente cualquier situación susceptible de hacerlo, y no sólo como hace la política de
bajos fondos que trata de aparentar o de hacer creer que constantemente se está haciendo algo que
mejora la realidad cotidiana, ya que existe la idea generalizada de que todo lo que produzca algún
cambio, siempre es mejor, a no hacer nada, sobre todo, si el cambio es visible, lo que acrecienta el
prestigio del actuante.
Detrás de esta idea generalizada de que todo lo que produzca algún cambio, siempre es mejor, a no
hacer nada, está el miedo a la vida, que en el fondo es el miedo a la muerte, que se tiene desde el Ego, el
cual jamás quiere morir, y que es fácilmente comprobable por los deseos de inmortalidad y
trascendencia personal que cada uno de los seres humanos tiene, sean estos deseos más o menos
acusados, aunque lo cierto es que son estos deseos de inmortalidad, lo que hace que el ser humano
busque a través de una permanente necesidad de cambios, que se hagan lo más visibles posibles, la
manera de aminorar la angustia provocada por el Ego, el cual jamás quiere morir.
Pero la causa de preferir que estos cambios sean visibles, responde a su vez a la seguridad aparente
que parece transmitir el Ego, seguridad que nunca es conseguida por la conciencia del individuo, salvo
en momentos muy fugaces, y que parecen querer dar la sensación de que lo sabemos todo, de que
comprendemos toda la realidad, sea visible o invisible, pero que el Ego rápidamente se encarga de
oscurecer, ya que al mismo tiempo que nos engaña con esa seguridad aparente de parecer saberlo todo,
pretende confundir constantemente a la conciencia de cada individuo humano.
De hecho, la función del Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mí, es sembrar el
caos en el interior de cada ser humano, es decir, en su conciencia, con el fin de que no entienda nada, y
poder controlarlo a su antojo, y por esto al ser humano, le cuesta estar seguro muchas veces, de si las
cosas que piensa, está bien el pensarlas o no, ya que gracias a esto, podemos construir EL CONCEPTO
DE OPINIÓN, que por nacer del Ego, es el saber de la vida cotidiana, es decir, la opinión, es el saber
que nos sirve para poder sobrevivir en el fragor de la vida de todos los días.
Por tanto, el conocimiento que se deriva de la opinión, es siempre un conocimiento salido del
sufrimiento propio, que sólo piensa en si mismo, pero lo hace porque tiene que salir adelante, frente a
los requerimientos del Ego de todos y cada uno de los individuos humanos, es decir, frente al Ego de la
vida cotidiana, ya que se ve obligado a pensar, y por tanto a vivir, lo más irreflexivamente posible, lo
que sin duda también tiene su ventaja, ya que mientras vive lo más rápido posible, no tiene tiempo de
pensar en el sufrimiento que le provoca su Ego, quien al mismo tiempo, es la causa de que lleve ese
ritmo tan acelerado de vida.
Ese ritmo acelerado de vida, que lleva en su cotidianidad cada individuo humano, y que le hace por
lo tanto vivir de una manera irreflexiva, es el que provoca que de su interior, y en forma de pensamiento
y sentimiento, salga de manera constante lo peor, aun cuando no lo diga, sobre todo cuando interacciona
con los demás seres humanos.
Otra cosa muy distinta, es el saber meditado, que hay que trabajarlo por uno mismo, es decir, es el
que proviene del arduo trabajo que hace la conciencia, en los momentos en que el Ego de la vida
cotidiana, le deja, es decir, en esos momentos fugaces en los que la conciencia es capaz de comprenderlo
todo, y por tanto, no se ve influida por las exigencias de los requerimientos de su propio Ego, pero que
viene siendo a su vez, el Ego de todos y cada uno de los individuos humanos.
Pero para conseguir este saber meditado, sólo hace falta utilizar el Método Cognitivo de la
Conciencia, que consiste en no tener ya que utilizar, la antigüa Mayeútica Socrática, que consistía en
estar preguntando constantemente, ya que nunca se llegaba a una solución satisfactoria, o la Dialéctica
Platónica, en la que cada intuición rectifica y mejora la anterior, o la Lógica Aristotélica, por la que toda
afirmación para ser tratada científicamente, debe ser probada, sino que el Método Cognitivo de la
Conciencia, es el que utiliza la conciencia cuando es capaz de liberarse del Ego, es decir, es ese chispazo
de conocimiento puro y auténtico, que sentimos, cuando nos damos cuenta que hemos rozado la verdad
con la yema de los dedos.
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