Descarga gratuita en PDF - El Taller del Poeta

Por ejemplo, Tales de Mileto afirmaba que el agua era el origen de todas las cosas y que toda clase
de vida vuelve a convertirse en agua cuando se disuelve y Anaximandro decía que el mundo que vemos
nace y muere en algo que llamaba indefinido, mientras que Anaxímenes señalaba que el origen de todo
era el aire o la niebla o Parménides que apoyaba la idea de que nada cambia, dado que si algo existe, no
se puede convertir en nada, que era lo contrario que defendía Heráclito, para quien todo estaba en
movimiento ya que nada dura eternamente y en medio de todos estos cambios y dentro de la naturaleza
contradictoria del mundo, Heráclito observaba un todo que llamaba Logos que era una especie de razón
universal, que dirige todo lo que sucede en la naturaleza, mientras Empedócles dijo que había cuatro
elementos, como son la tierra, el aire, el fuego, y el agua que se mezclan y separan mediante la fuerza
del amor y su antítesis que es el odio, y así mismo Anaxágoras dijo que el sol no era un Dios, sino una
masa ardiente.
Por otra parte, Demócrito habló de la teoría atómica, ya que lo único que existe son los átomos y
el espacio vacío, no existiendo ninguna intención detrás de los movimientos de los átomos, al igual que
la teoría atómica también explica nuestras sensaciones, dado que cuando captamos algo con nuestros
sentidos, se debe a los movimientos de los átomos en el espacio vacío, por lo que en resumen, los
filósofos de la naturaleza se interesaron por la ruptura con la concepción mítica del mundo, a quienes
también se denominaron presocráticos, ya que fueron anteriores a Sócrates.
De hecho, el mismo Sócrates decía que el conocimiento que llega desde dentro de la conciencia,
era el único verdadero, ya que es el único del que se puede esperar conseguir conocimientos ciertos, que
es lo que llevó a Platón a decir que la realidad está dividida en el mundo de los sentidos, con
conocimientos imperfectos, ya que todo fluye y nada permanece, mientras que en el mundo de las ideas,
se dan los conocimientos ciertos, usando la razón, ya que las ideas son eternas e inmutables.
Para Platón, el individuo humano, también estaba dividido en dos partes, es decir, un cuerpo que
fluye ligado al mundo de los sentidos y una inmortal alma, y por tanto no material y que tiene la
capacidad de ver el mundo de las ideas, ya que Platón pensaba que el alma ya existía, antes de
introducirse en un cuerpo, pero en el momento de despertarse dentro de ese cuerpo, se olvida de las
ideas perfectas, y por eso su ética, como más tarde la de Aristóteles, hablará de que es mediante el
equilibrio y la moderación, como se consigue ser un individuo humano feliz y en armonía, y que la
filosofía helenística intentará sistematizar en la búsqueda de la verdadera felicidad.
Por tanto, aparecerán varias corrientes filosóficas, como la cínica, que consideraba que la
verdadera felicidad no dependía de cosas externas, ya que pensaban que la muerte y el sufrimiento
propio, y el del prójimo, no debía dar lugar a preocupación alguna, y lo mismo consideraron los
estoicos, para quienes una vida feliz, consistía en librarse del lujo material, además de que el individuo
humano, debía conciliarse con su destino, dado que todo ocurre por necesidad, ya que a todos los
procesos naturales, tales como la enfermedad y la muerte, siguen las leyes de la naturaleza, lo que era
contrario a la forma de pensar de los Epicúreos, para quienes era conveniente evitar toda clase de dolor,
y evaluar el resultado placentero de una acción, según sus efectos secundarios, aunque después de la
muerte de Epicúreo, se consideró lo contrario, es decir, no había nada como vivir el momento.
Por otro lado, aparece el neoplatonismo, que ejercerá influencia sobre la teología cristiana, y que es
una corriente filosófica, construida por Plotino, que vivió del doscientos cinco al doscientos setenta
después de cristo, y experimentó ver su alma fundirse con Dios, que como experiencia mística, es donde
más cerca de Dios podemos estar, ya que se llega a tener la sensación de haber sido arrancados del
tiempo para llegar a mirar el mundo, bajo el punto de vista de la eternidad.
Por otra parte, las dos fundamentales raíces de la civilización europea, es por un lado, la raíz
indoeuropea, en la que todas las culturas que hablan lenguas indoeuropeas, eran politeístas y tenían una
visión cíclica de la historia, en la que no hay ningún principio ni fin, mientras que la otra raíz de la
civilización europea, es la raíz semítica, que tiene su efecto sobre las tres religiones occidentales, es
decir, el judaísmo, el cristianismo, y el islam, dado que los semitas creían en un solo Dios, y tenían una
visión lineal de la historia, por la que Dios creo el mundo, hasta el día del llamado juicio final.
Una vez haya llegado este día del juicio final, en el que el mal será desterrado del mundo, lo que
implica que la historia constituye el núcleo de las sagradas escrituras, ya que se cree que si existe la
historia, es para que Dios pueda realizar su voluntad en el mundo hasta ese día, del denominado juicio
final, en el que Dios juzgará a vivos y muertos.
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