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humano si quiere sobrevivir, se da cuenta que crea a su vez la desposesión del vacío hacia la nada, es
decir, lo absurdo de someterse a dichos requerimientos, si una vez que desaparece físicamente el
individuo humano, todo lo material queda aquí, en el planeta tierra, y todo el esfuerzo cometido para
conseguir un mayor bienestar material en la vida cotidiana, ya no vale de nada.
De todas maneras, por mucho que nos propongamos pensar que no hay un principio ni un fin, es
algo que cae sólo dentro de la órbita del deseo de considerar que ya no hace falta conseguir un mayor
bienestar material en la vida cotidiana, que es por lo tanto un falso deseo, dado que es un deseo, que
llega desde el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior de cada individuo humano.
Esta es la causa, de porque el individuo humano no suele ser capaz de dejar de desear, es decir,
dejar de sufrir, ya que aunque sea una paradoja, el deseo de no desear se convierte en un deseo que se
produce desde el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior de cada individuo humano.
Por todo esto, el deseo que tiene cada individuo humano de saber que será de él mismo, en la vida
cotidiana que construye y pone en marcha el Ego, es la confirmación de la retroalimentación, de que el
deseo de no desear, se convierte en un deseo que se produce desde el Ego del trasfondo oscuro de la
mente interior, aunque nunca sea una necesidad, ya que si se puede desobedecer dicho deseo, quiere
decir, que es un deseo que se produce desde el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior de cada
individuo humano, y por lo tanto, es un deseo que se acaba siempre convirtiendo en un falso deseo, dado
que es un deseo, que llega desde el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
Por otro lado, los individuos humanos no saben que al no ser capaces de dejar de desear, es decir,
de dejar de sufrir, entonces les va a ser difícil, por no decir prácticamente imposible, el controlar
interiormente hablando la dirección de su vida, ya que sin ser consciente de ello, están continuamente
haciendo daño, y por tanto venciendo desde su correspondiente Ego del trasfondo oscuro de la mente
interior, a la claridad de la luz de la conciencia.
Esto es lo mismo que consideran reflexivamente los budistas, ya que piensan que si se desea por
parte de cada individuo humano, nunca van a dejar de sufrir, y aunque moderasen los deseos, como
afirma el taoísmo, lo cierto, es que el sufrimiento que provoca el dolor de la soledad de conciencia, que
no tiene cura, no se ve aminorado por no desear, muy al contrario, ya que el deseo, aunque implique
sufrir todavía más, forma parte del camino del falso y perjudicial conocimiento, que transmite a cada
individuo humano, su propio Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
Además, este deseo, aunque implique sufrir todavía más, ya que forma parte del camino del falso y
perjudicial conocimiento, que transmite a cada individuo humano, su propio Ego del trasfondo oscuro de
la mente interior, no se acaba jamás, que es la característica esencial del deseo, dado que incluso, sino se
puede elegir por parte de cada individuo humano, por mucho que lo desee cada individuo humano, el
acabar con este deseo, su respectivo Ego del trasfondo oscuro de la mente interior de cada individuo
humano, no deja acabar con este deseo.
De esta manera, cada individuo humano renuncia a comprender desde la claridad de la luz de la
conciencia, como se origino la vida de cada individuo humano y de la realidad entera, ya que cada vez
que cada individuo humano trata de explicárselo a si mismo, su respectivo Ego del trasfondo oscuro de
la mente interior le hace quedar todavía más confuso de lo que estaba, dado que sólo hace caso de
rumores perjudiciales, para poder comprender el origen de la vida.
De hecho, muchos individuos humanos, que se ven obligados a vivir desde el Ego que construye y
pone en marcha la ley de la vida cotidiana, se imaginan a quien ellos creen, que es el gran constructor de
la realidad, como algo que nadie sabe bien donde se encuentra, pero que ocupa toda la realidad, desde el
punto de la invisibilidad de la nada infinita, ya que es algo que nos han dicho a su vez, desde el Ego de
los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, que se encuentra en todas partes, pero que a la vez
ni sentimos, ni vemos, desde los sentidos clásicos de todos conocidos, dentro del espacio físico de la
vida cotidiana de cada individuo humano.
Por todo esto, esta suposición de los individuos humanos por creer, quien es el gran constructor de
la realidad, ya que nos han dicho que se encuentra en todas partes, viene siendo al final, una suposición
de la que se apodera el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior de cada individuo humano, es
decir, la fuerza del deseo de este Ego del trasfondo oscuro.
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