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De esta manera, los que practican los dogmas de la ciencia oficial, o los dogmáticos conocimientos
religiosos del creacionismo científico de la raza aria, adoran a iconos personales, vírgenes de cualquier
iglesia, ideologías del buen vivir, es decir, travestismos ideológicos que sirven para vivir lo mejor
posible dentro del Ego que construye la ley de la vida cotidiana en cada momento de la vida de cada
individuo humano.
Por todo esto, estos individuos humanos, que practican tanto los dogmas de la ciencia oficial, como
los dogmáticos conocimientos religiosos del creacionismo científico, sólo sirven para hacer cosas, que
no se saben porque se hacen, ya que aunque todo se hace por algo, estos ambos conocimientos
dogmáticos, lo que pretenden es que nunca se sabe porque se hacen las cosas, ya que estas mentes
dogmáticas son tomadas por el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
Por tanto, esta mente interior del Ego del trasfondo oscuro, se transforma en una fría mente
intermedia, que abarca tanto los dogmas de la ciencia oficial, como los dogmas de los conocimientos
religiosos del creacionismo científico de la raza aria de inicios del tercer milenio.
De todas maneras, es necesario saber como se construyen y en que consisten estos dogmas de la
ciencia oficial, y los dogmas de los conocimientos religiosos del creacionismo científico de la raza aria
de inicios del tercer milenio, dado que son unos dogmas, que no nacen de la verdad de la ciencia
auténtica o del amor, sino que el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, los ha
tergiversado a su favor, y en contra, de esta ciencia auténtica o del amor.
No obstante, hay que manifestar, que grandes investigadores de la antiguedad, que son llamados
maestros o sabios, han buscado en la llamada cuarta dimensión, o también en los llamados registros
akásicos, que son los lugares de la naturaleza donde quedan archivados toda la sabiduría de esta ciencia
auténtica o del amor, que es a su vez, lo que conforma toda la historia de la humanidad, aunque también
hayan quedado registrados, en viejos papiros, vetustos escritos, o incluso monumentos de antiguas
ciudades.
Pero aunque exista esta ciencia del amor o ciencia auténtica, que es la que nace del trasfondo de
luz de la conciencia, no debemos olvidar que en el Ego que construye la ley de la vida cotidiana, que es
donde se enclavan estos dogmas de la ciencia oficial, existe una verdad oculta, nacida de esta ciencia
auténtica, pero que el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, se ha encargado de
manipular para que este individuo humano de la raza aria, no haya podido conocer la auténtica verdad de
la realidad, hasta incluso llegar a inicios del tercer milenio.
Y es que además, estos principios de la ciencia oficial, que luego se convierten en dogmas, por el
interés económico que hay detrás de ellos, tienen su inicio aunque no lo parezca, en la llamada ciencia
del amor, o ciencia auténtica, aunque hayan sido manipulados, con el objetivo de ocultar las verdades
profundas de la realidad, que son las únicas capacitadas para dar verdadera independencia y libertad a
cada individuo humano de esta raza aria.
Por tanto, la finalidad de esta ciencia auténtica o del amor, es una finalidad clarificadora de lo que
es la realidad, es decir, es querer que el individuo humano se conozca a sí mismo, frenta a la ciencia
oficial, que está tan compenetrada con el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi,
que lo único que pretende es no sólo confundir a este individuo humano de la raza aria, sino que los
diferentes grupos sociales que viven de este Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi,
de esta manera se encuentran completamente legitimados, para bucar el poder sin ninguna clase de
remilgos éticos y morales.
Esto nos lleva, a poder decir sin ninguna clase de orgullo de afirmación, que los estudios e
investigaciones de la ciencia oficial, no buscan la comprensión de lo que es el individuo humano de la
raza aria, y por eso este individuo humano sigue siendo una propia incognita para si mismo, al menos
desde el punto de vista de la ciencia oficial, que está manipulada por el Ego que construye la ley de la
vida cotidiana.
Esta incognita de lo que es este individuo humano de la raza aria, para la propia ciencia oficial,
queda reflejada en los constantes descubrimientos que se anuncian en los medios de comunicación
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