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Esta dogmática organización ideológica de la iglesia, que juega al despiste y trata de ocultar las
verdades profundas del interior de cada individuo humano, lo máximo que es capaz de responder en
cuanto a la prueba de la existencia de Dios, prueba que hace por complejo de inferioridad ante la ciencia
oficial, es decir, porque rinde pleitesía al Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, y
por tanto porque rinde sumisión absoluta a la mente, es decir, a los procesos mentales lógicos, y por lo
cual, lo único que es capaz de desear desde el Ego que construye la ley de la vida cotidiana, es el deseo
de felicidad, como bien supremo, y sin límites, que es capaz de satisfacer la necesidad de llenar el vacío
interior que siente cada individuo humano, aunque en el fondo sea una mentira, ya que el deseo natural
de felicidad, al provenir del Ego del trasfondo, jamás es capaz de llenar el vacío interior del individuo
humano.
Por todo esto, estas pruebas de la existencia de Dios, vienen de un complejo de inferioridad, que a
inicios del tercer milenio, siguen teniendo los dogmas religiosos de la organización ideológica de la
iglesia, frente a los dogmas de la ciencia oficial, por mucho que se diga por parte de la Iglesia, que Dios
es capaz de saciar todas las necesidades del individuo humano, ya que esta necesidad de probar la
existencia de Dios, proviene del complejo de inferioridad de la iglesia, como organización dogmática del
conocimiento, frente a la ciencia oficial, como igualmente organización dogmática cognitiva.
Para la Iglesia, la existencia de Dios se prueba, porque existe una ley moral del deber ser, que se
impone a su conducta individual, ley moral del deber ser, que sin querer decirlo, surge del Ego de los
requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, y por tanto la iglesia como institución se encuentra
legitimada para decir que se impone de una manera absoluta, lo que para la iglesia exige un legislador y
un juez supremo, que es lo que prueba para la iglesia la existencia de Dios.
Esta ley moral universal, por tanto para la iglesia, tiene su base en la razón, es decir, en los
procesos lógicos, que descubre y crea el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi,
dado que el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, es tan orgulloso, que incluso hace creer a cada
individuo humano, que este individuo humano es el creador de dicha ley moral, cuando la verdad, es
que dicha verdad moral, sólo puede ser dictada por el Dios de la Iglesia, que nada dice sobre la libertad,
es decir, el libre albedrío que tiene cada individuo humano, para escoger dejarse llevar por el Ego del
trasfondo oscuro de la mente interior, o por la luz del trasfondo de la conciencia.
De hecho, es el Karma individual que tiene cada individuo humano, el único que va a hacer que
cada ser humano cumpla en esta vida, con el destino que se le tiene asignado, y aun cuando se trabaje
interiormente, muchas veces no se es capaz de vencer ese destino de antemano asignado, y por lo tanto,
no hay necesidad de ninguna sanción que venga de fuera del individuo humano, y que es estipulada por
un juez supremo y que está por encima de los individuos humanos y, que para los dogmas de la iglesia,
es Dios.
Por tanto, lo que de verdad no existe, es la idea de que si no existiera Dios, para la iglesia, no se
podría condenar al transgresor de la norma, el cual se vanagloriaría de haber violado la norma, cuando la
verdad, no hay ningún justo que sufra inútilmente como piensa la iglesia, sino que quien sufre, es el Ego
del trasfondo oscuro de la mente interior, nunca ningún supuesto justo, por mucho que se piense desde
el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi, que hay unos que hacen daño, mientras
los otros son sus víctimas, sino que todos los individuos humanos, sufren en mayor o menor medida, por
causa del Karma que llevan dentro de si mismos, es decir, por causa del Ego del trasfondo oscuro de la
mente interior.
En cambio, personajes defensores de estos dogmas de la iglesia, como Santo Tomás, han
manifestado que la idea de Dios es innata, porque mediante los principios innatos en nosotros, podemos
percibir la existencia de Dios, por lo que es la naturaleza misma, la que nos conduce a Dios, lo dijo
Cicerón, pues es un argumento que en caso contrario, deberíamos decir, que nuestra naturaleza nos
conduce al error, ya que para los estudiosos del fenómeno religioso desde el punto de vista de la ciencia
oficial, el individuo humano, ha sufrido diversos pasos evolutivos.
Así tenemos, que desde el momento arreligioso, para los estudiosos de la ciencia oficial, o incluso
para los acomplejados estudiosos del fenómeno religioso, desde el propio punto de vista de la dogmática
organización ideológica de la iglesia, el individuo humano primitivo, tenía una vida demasiado
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