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Por tanto, el único control consci<strong>en</strong>te, que puede hacer compr<strong>en</strong>der al individuo humano, de la<br />
exist<strong>en</strong>cia por <strong>en</strong>cima de él, de un universo, que va más allá de la inercia lógica de los dogmas de la<br />
ci<strong>en</strong>cia oficial y de los dogmas religiosos, es el de los principios intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> universo, es decir, de la<br />
naturaleza, que son los que fabrican ese maravilloso funcionami<strong>en</strong>to ord<strong>en</strong>ado de todo lo que existe <strong>en</strong><br />
el Universo.<br />
De esta manera, no nos queda más remedio que ser humildes, y reconocer que son estos principios<br />
intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> universo, los que fabrican la perfección de esta continua e incansable mecánica de la<br />
naturaleza, ya que por ejemplo, el sol de nuestro sistema solar, es uno de los siete soles de la<br />
constelación de las pléyades, que gira alrededor de Alcione, y por ello, cada uno de los siete soles de las<br />
pléyades, da vida a sus correspondi<strong>en</strong>tes mundos, si<strong>en</strong>do el planeta tierra, uno de esos diminutos<br />
mundos, que giran alrededor <strong>del</strong> séptimo sol de las pléyades, y que necesitan de unos principios<br />
intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> universo.<br />
Pero aunque el planeta tierra, sea uno de esos diminutos mundos, que giran alrededor <strong>del</strong> séptimo<br />
sol de las pléyades, y que necesitan de unos principios intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> universo, lo cierto, es que los<br />
ci<strong>en</strong>tíficos de la ci<strong>en</strong>cia oficial, niegan por omisión la exist<strong>en</strong>cia de estos principios intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong><br />
Universo.<br />
Por tanto, al negar por omisión la exist<strong>en</strong>cia de estos principios intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> Universo, estos<br />
ci<strong>en</strong>tíficos de la ci<strong>en</strong>cia oficial, lo que están haci<strong>en</strong>do, es negar y despreciar los verdaderos intereses<br />
profundos <strong>del</strong> individuo humano por conocerse a sí mismos.<br />
Cada uno de los siete soles de la constelación de las pléyades, necesitan de uno de esos principios<br />
intelig<strong>en</strong>tes de la naturaleza, como es el sol astral ecuatorial, que no es capaz de ser visto, por los<br />
supuestos instrum<strong>en</strong>tos sofisticados de la técnica que utiliza el individuo humano de la raza aria de<br />
inicios <strong>del</strong> tercer mil<strong>en</strong>io, aunque si que se ve, por aquellos individuos humanos, que han desarrollado<br />
una verdadera humildad desde el trasfondo de luz de la conci<strong>en</strong>cia, y de esta manera, pued<strong>en</strong> utilizar de<br />
verdad la intuitiva mirada prajnaparamita, que es un concepto sánscrito, que es negado por los<br />
ci<strong>en</strong>tíficos oficiales de la raza aria de inicios <strong>del</strong> tercer mil<strong>en</strong>io.<br />
De esta manera, se ve como el sol astral ecuatorial de las pléyades, no puede ser visible, por los<br />
supuestos instrum<strong>en</strong>tos sofisticados de la técnica que utiliza el individuo humano de la raza aria, aunque<br />
sea un sol astral situado <strong>en</strong> la quinta dim<strong>en</strong>sión, que es la que dirige, utilizando estos principios<br />
intelig<strong>en</strong>tes de la naturaleza, toda la realidad, es decir, toda la naturaleza, sean los individuos humanos,<br />
las plantas, los minerales, los animales, o el universo cósmico propiam<strong>en</strong>te dicho, como las estrellas, los<br />
planetas, etc.<br />
De hecho, si Einstein afirmó que el infinito era curvo, y que ti<strong>en</strong>de a un límite, es porque le son<br />
imprescindibles los principios intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> universo para poder funcionar perfectam<strong>en</strong>te, lo que evita<br />
sin duda problemas, y por eso <strong>en</strong> este sol astral ecuatorial de las pléyades, se <strong>en</strong>cu<strong>en</strong>tran estos principios<br />
intelig<strong>en</strong>tes <strong>del</strong> universo, es decir, de la naturaleza, que dirig<strong>en</strong> y coordinan el bu<strong>en</strong> funcionami<strong>en</strong>to <strong>del</strong><br />
infinito cósmico.<br />
Y aunque la catástrofe de la Atlántida de la que casi nunca se habla, desequilibró y perjudicó<br />
geológicam<strong>en</strong>te al planeta tierra, son los soles de anáhuac los que defin<strong>en</strong> los desastres cósmicos, y por<br />
ello, los hijos <strong>del</strong> primer sol, que son los protoplasmáticos, murieron comidos por los tigres de la<br />
sabiduría, mi<strong>en</strong>tras que los hijos <strong>del</strong> segundo sol, que son los hiperbóreos, murieron por trem<strong>en</strong>dos<br />
vi<strong>en</strong>tos huracanados <strong>en</strong> el polo norte.<br />
Los hijos <strong>del</strong> tercer sol, que son los lemures, desaparecieron de la tierra, por causa de grandes<br />
terremotos y lluvia de fuego, mi<strong>en</strong>tras que los hijos <strong>del</strong> cuarto sol, que han sido los atlantes,<br />
desaparecieron de la tierra, por causa de grandes inundaciones de agua.<br />
Los hijos <strong>del</strong> quinto sol, que somos los arios, moriremos por causa <strong>del</strong> fuego, mi<strong>en</strong>tras que los<br />
hijos <strong>del</strong> sexto sol, los coradi, que habitarán la tierra <strong>del</strong> futuro, también morirán, pero todo esto, nos lo<br />
permite analizar el tipo de intuición pragnaparamita, que nos permite estudiar los registros akáshicos de<br />
la naturaleza, donde está la historia de la tierra y de sus difer<strong>en</strong>tes razas, y por eso el individuo humano<br />
es tan antiguo como el planeta tierra.<br />
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