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humano, pero sólo para esa conciencia, que es ella misma, la cual está a solas, a la hora de escoger, cada
una de sus posibilidades, ya que cada una de ellas forma parte de un todo que existe, es decir, existe
referido a esa conciencia, por lo que cada una de esas posibilidades, existe sólo en referencia a cada una
de nuestras conciencias, no en referencia a las otras conciencias, que si existen, lo hacen en referencia a
cada una de nuestras conciencias.
Es decir, si existen lo hacen como objetos de cada una de nuestras conciencias, dado que es
imposible que existan como otras conciencias separadas y sin referencia a cada una de las nuestras, ya
que el dolor de la soledad de la conciencia no tiene cura, porque es una condición de la conciencia sobre
la que no se tiene capacidad de actuar y por tanto es imposible que dos conciencias se reconozcan
mutuamente a la vez, por causa de este Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
Además, es este dolor de la soledad de la conciencia, que no tiene cura, el que provoca la lucha de
cada una de las conciencias, por reconocerse una antes que la otra, dada la determinante influencia del
Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
Todo esto es el origen de la necesidad ontológica, de que cada individuo humano, a través de su
conciencia influida determinadamente por el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, se ame
consciente, pero siempre y sin duda de algún tipo, inconscientemente, sobre todas las cosas que existen a
parte de si mismo, lo que no facilita sino que interrumpe la posibilidad de ir hacia cada una de las otras
conciencias, y a su vez que me descubra como objeto para cada una de las demás conciencias.
Pero este descubrimiento como objeto para cada una de las demás conciencias, no es un proceso en
el que cada una de nuestras conciencias, se reconozca después, es decir, subordinamente a unas
conciencias que hacen primero ese reconocimiento, sino que este reconocimiento es anterior y por tanto
jerárquicamente superior, lo cual sirve a su vez, para descubrir que cada una de nuestras conciencias es
objeto subordinado y por tanto inferior, en el proceso inverso.
De esta manera, se puede decir, que lo que es válido para una conciencia, no lo va a ser para todas
las demás, por causa del Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, y por tanto no va a ser posible
una prueba concreta, ya que conocer, es poner en contacto cada conciencia, con las demás conciencias,
las cuales, nunca se van a conocer, porque siempre va a existir la lucha de cada una de las conciencias,
por intentar zafarse de la determinante influencia del Ego del trasfondo oscuro de la mente interior de
cada individuo humano, y sobre todo, por reconocerse una antes que la otra, que es el efecto del propio
Ego del trasfondo oscuro de cada individuo humano.
Además, nunca conocemos cosas, sino las sensaciones que cada conciencia que se encuentra
completamente determinada y por tanto contaminada por el Ego del trasfondo oscuro de la mente
interior, nos transmite de esas cosas, es decir, quien escribe por ejemplo, puede ser un racionalista,
porque piensa que la realidad, proviene de la razón del positivismo científico, aunque también haya
material de esa realidad, que provenga de la experiencia, es decir, de los sentidos, pero la elaboración de
ese material le corresponde a la conciencia, por lo que la existencia de cualquier creencia sobre la
realidad de pende de cada conciencia que se encuentra determinada totalmente por el Ego del trasfondo
oscuro de la mente interior de cada individuo humano.
Incluso, el sentido de la realidad, depende de las creencias que tenga cada conciencia, aunque se
encuentre esta conciencia y por tanto las creencias, determinadas y por tanto contaminadas por el Ego
del trasfondo oscuro de la mente interior de cada individuo humano, convirtiéndose esta conciencia en
una falsa conciencia, aunque aparente serlo de verdad, de lo que se deriva que cada individuo humano se
encuentre cognitivamente abandonado a su suerte, durante el tramo de la vida que forzosamente le toca
vivir, dentro del Ego que construye y pone en marcha la ley de la vida cotidiana, y que es independiente
del poder económico y material que se tenga para sobrevivir, ya que esto hace referencia solamente al
ámbito cognitivo que de la realidad conoce cada individuo humano.
Este abandono cognitivo de cada individuo humano, provoca que el individuo humano nunca sea
capaz de desprenderse de la tensión que le provoca dicho abandono, produciéndose una continua tensión
entre el individuo humano y su entorno social,, es decir, entre lo que le exige el Ego que construye y
pone en marcha la ley de la vida cotidiana, que dirige sus instintos más básicos, y los valores de la
conciencia de cada individuo humano.
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