Descarga gratuita en PDF - El Taller del Poeta

De hecho, según Hegel, la idea de la sociedad, como la auténtica realidad jerárquicamente
superior, a cualquier individuo humano, legitima a este propio medio social, dado que no proviene del
individuo humano, sino que el individuo humano proviene de la sociedad, y por lo cual, el idealismo
hegeliano ha servido para influir, para que por ejemplo, las políticas públicas, se sigan haciendo desde la
totalidad de la realidad social colectiva, y no teniendo en cuenta al individuo humano en singular.
Es decir, estas políticas públicas son pensadas como un producto social y no como respuestas
resolutivas a las necesidades de la demanda que plantea cada individuo humano, anulándose de esta
manera, la voluntad de cada individuo humano como ciudadano, para decidir libremente lo que necesita
de la sociedad, manteniendo sin embargo, dentro del Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, ese
yo existencialista del que hablaba Sartre, de que nadie es libre de dejar de ser libre, lo que se conecta con
los principios filosóficos de la ética, que es la ambivalencia entre lo que no es, y lo que finalmente puede
llegar a ser, siempre que se concrete esa determinada moral, en un código de prohibiciones, que se
convierte en un sistema normativo, aceptado por un grupo social, sobre lo que debe o no hacerse.
Además, todo esto, es lo que nos diferencia de los demás animales, ya que el individuo humano es
capaz de aguantarse a los estímulos externos, dado que el ser humano es falsamente libre, ya que el Ego
del trasfondo oscuro de la mente interior de cada individuo humano, si una cosa no deja, es que el
individuo humano pueda ser libre, aunque para poder sobrevivir, acepte la responsabilidad de ser y hacer
algo con su vida, aunque sea una responsabilidad que surge no desde la verdadera libertad de la
conciencia, sino desde el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, que es la verdadera crítica que se
le puede hacer a Sartre y a todos aquellos que a su vez lo critican a él, ya que su análisis está incompleto,
porque no se refieren para nada, al hecho de que la libertad de la que hablan no es una libertad
verdadera, ya que es una libertad determinada por el Ego del trasfondo oscuro de cada individuo
humano.
Por todo esto, a diferencia del resto de los animales, aquello que el individuo humano tiene que
hacer con su vida, no le viene dado de antemano, por lo que todo lo que hace, lo tiene que justificar
constantemente ante su propio Ego del trasfondo oscuro de la mente interior.
De esta manera, cada individuo humano como ciudadano, es un animal con ética, el cual tiene la
obligación de hacer el bien, lo cual no sólo está relacionado con hacer el bien a los demás seres vivos,
incluidos los individuos humanos, sino sobre todo, con hacer el bien a cada uno de nosotros mismos,
dado que el individuo humano, es siempre un ser insatisfecho, por causa de su Ego del trasfondo oscuro
de la mente interior, que está buscando permanentemente el bien, es decir, la satisfacción, pero que al no
encontrarla, necesita constantemente querer el bien, y este querer hacer el bien, está relacionado con la
necesidad de buscar constantemente nuevos alicientes a su vida, lo que se conoce como ilusión.
Pero esta ilusión, a decir verdad, no es más que el autoengaño al que se somete cada una de
nuestras conciencias, por causa del Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, con el fin de dar
significado a cada una de nuestras propias vidas, en su respectivo espacio y tiempo del mundo de la vida
cotidiana, ya que en esto consiste la llamada ilusión de la conciencia, que es igual a autoengañarnos,
para soportar la pregunta sobre el sentido de la realidad, dado que para poder vivir en el espacio y en el
tiempo de la vida cotidiana, necesitamos adoptar una actitud que nos adapte al mundo de la vida
cotidiana, es decir, adoptamos la actitud del autoengaño de la conciencia.
Por todo esto, se puede decir, que cada una de nuestras conciencias, no forma parte del espacio y
tiempo cotidiano, sino es, porque se cree que está tratando con la realidad, ya que esta realidad, no es
dada a cada individuo humano por que si, sino que le llega a cada individuo humano, porque adopta la
actitud de la llamada ilusión de la conciencia, que es la actitud del autoengaño que se hace la propia
conciencia a si misma.
Este autoengaño que se hace la propia conciencia a si misma, consiste en pensar que se está
presente, que se es real dentro de la vida misma, y por tanto importante para esa vida conformada por el
espacio y tiempo de la vida cotidiana de la que se cree formar parte, pero que en el fondo, no es más que
el autoengaño al que nos somete, cada una de nuestras conciencias, para dotarnos de sentido dentro del
espacio y tiempo de la vida cotidiana, lo que convierte a cada individuo humano, en un ser obligado a
elegir posibilidades, que se convierten en una referencia propia para la conciencia de cada individuo
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