Descarga gratuita en PDF - El Taller del Poeta

Una vez que el individuo humano físicamente se va formando en el interior del cuerpo físico de la
madre biológica, la nueva conciencia penetra en el cuerpo de la mujer, o en el útero artificial preparado
para acogerlo, en el mismo momento, en que el futuro bebé inhala el aire.
Pero este nuevo bebé que viene al mundo, nace teniendo que cumplir un destino, después de que
ciertos seres vinculados a la muerte, y que habitan en la quinta dimensión del mundo astral, se
mantengan al lado de los agonizantes, pero al mismo tiempo, existen unos seres vinculados a la vida,
que tienen forma de bebés, los cuales tienen una gran influencia sobre el útero biológico o artificial,
preparado para acoger el cuerpo físico del niño, y que viven en la cuarta dimensión, es decir, en el
mundo etérico, ya que estos seres vinculados a la vida, son los encargados de conectar a la nueva
conciencia, que penetra en el cuerpo de la mujer, o en el útero artificial, a la vida cotidiana, que está
dominada por el Ego de los requerimientos de lo que el mundo quiere de mi.
De todas maneras, este nuevo individuo humano que viene al mundo, y que nace teniendo que
cumplir un destino, está determinado por la ley de la predestinación, que es el resultado de todas las
acciones malas y buenas de pasadas vidas, es decir, todo lo que haga en esta vida, luego le volverá a
ocurrir en las posteriores, aunque el destino, es decir, esta ley de la predestinación, puede ser cambiada,
siempre que el individuo humano intente evolucionar su conciencia, es decir, que se vea lo menos
afectada posible dicha conciencia, por la determinante influencia del Ego del trasfondo oscuro de la
mente interior.
Además, la manera práctica de que el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, afecte lo
menos posible a la conciencia, para que sin duda alguna, esta conciencia pueda evolucionar, y por tanto,
para que esta ley de la predestinación pueda ser cambiada, y para lo cual, tiene que darse, una acción,
que sea éticamente mejor, es decir, que esté dirigida por una ley superior, frente a otra acción, que sea
éticamente inferior, es decir, que esté dirigida por una ley inferior, ya que esta acción, que es éticamente
mejor, ya que está dirigida por una ley superior, se eleva y por tanto disculpa, la ignorancia de la acción
que es éticamente inferior, y que está dirigida claro está por una ley inferior.
De esta manera, existe una ley que se llama karma, o también ley de la causa y del efecto, que es
una ley de la compensación, y por la cual, todo lo que se hace, hay que pagarlo.
Y aunque es verdad, que se nos ha dado la libertad, es decir, el libre albedrío para hacer lo que nos
parece o conviene, lo cierto, es que más tarde o más temprano, tenemos que responder ante esta misma
ley del karma, por todas nuestras acciones, aunque no solamente se paga karma por el mal que se hace,
sino que también se paga, por el bien que se deja de hacer, pudiéndose haber hecho.
De este modo, no queda más remedio que aceptar, que cuando uno viene a este mundo, tiene su
propio destino, que viene señalado, por esta ley del karma, que es una ley de la compensación, o también
de la causa y del efecto, ya que es el resultado de todas las acciones buenas o malas que el individuo ha
cometido.
No obstante, muchos individuos humanos, sólo se acuerdan de sus acciones, queriéndolas
enmendar, cuando sufren por algún motivo, y esto es algo que todos y cada uno de los individuos
humanos pueden comprobar por si mismos, y lo que no es más que consecuencia de la acción del Ego
del trasfondo oscuro de la mente interior, que lo que pretende, es perjudicar todavía más a cada
individuo humano, ya que le hace sufrir el doble.
Esto se solucionaría, cosa que el Ego del trasfondo oscuro de la mente interior, nunca quiere que
suceda, si el individuo humano estuviera acostumbrado a pensar un poco más en los demás, lo que
permitiría hacer acciones éticamente mejores, dirigidas por una ley superior.
Estas acciones éticamente mejores, se pondrían en uno de los platillos de la balanza de la justicia
del universo cósmico, para balancearla a favor de este individuo humano, ya que esta justicia cósmica,
se presenta a favor de cada individuo humano, cuando comete acciones buenas que favorecen a sus
semejantes, porque además, y sin saberlo, han favorecido a su conciencia, que es como favorecer al
mismo tiempo, a toda la realidad, es decir, a la conciencia universal.
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