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De esta manera, se legitima la existencia de los hombres glaciales, que es la primera raza humana
que existió en el mundo, ya que como hemos visto, hay casos como el del niño embrujado, que la
ciencia oficial explica que sólo por pura casualidad no le ha pasado nada en su cerebro, y por esto
podemos decir que la existencia de esta primera raza humana, que vivió en el mundo del casquete polar
del norte, es real, ya que vivió en la isla secreta, aunque es algo que a los ojos del individuo humano de
inicios del tercer milenio, aparece como algo inverosímil.
Por esto, esta primera raza fue protoplasmática y tal región polar fue antes tropical y los cuerpos de
estas gentes erán elásticos y no tenía la consistencia física de la humanidad actual, que es la raza aria,
pero los individuos humanos del tal raza eran felices, y percibían el mundo y las cosas en forma
completa, dado que no sólo veían lo físico, sino que también veían el alma y el espíritu de todos los
seres.
Los individuos de la primera raza, es decir, la protoplasmática, tuvieron templos maravillosos, gran
sabiduría, y ciudades espectaculares, y además esta raza protoplasmática es el Adam Solus del que habla
la Biblia, ese Adam del cual no se había extraído la Eva de las mitología hebraica, pero no todos los
individuos de aquella raza desaparecieron de la faz de la tierra, ya que hay cierto grupo de gentes
primigenias, que residen en una ciudad secreta subterránea ubicada en el polo norte, y esas gentes son la
raza protoplasmática, que aunque no se lo crean estos individuos humanos de inicios del tercer milenio
existen para conservar su pureza, y por eso son el marco de referencia de lo que deberían ser los
individuos humanos de esta raza aria de inicios del tercer milenio.
Estos individuos humanos de la primera raza protoplasmática, pasaron por muchas
transformaciones antes de convertirse en hiperbóreos, y aunque fueron andróginos, ni machos ni
hembras, se produjeron por brotación similar a las plantas y eran más sólidos que la primera raza y
existieron hace unos ciento noventa años, en lo que hoy es Inglaterra, Irlanda y Alaska, flotaban en el
ambiente y eran elásticos, medían unos seis metros de alto, eran blancos, delgados, y usaban grandes
escudos, lanzas y armas desconocidas.
También durante la segunda raza hiperbórea, había mucha energía, esplendor y magia y no es
ciencia ficción, ya que muchos de los cuentos e historias infantiles de los niños vienen de esta época,
como los unicornios, dragones, por lo que este mundo simbólico que puebla los cuentos, tiene
fundamento en esa época.
La naturaleza de los individuos humanos hiperbóreos era física y divina a la vez, y como era
creada por Dios, la naturaleza era algo a respetar por todos los reinos de la naturaleza, y los elementales
de la naturaleza estaban en la cuarta dimensión, donde se podían ver por ejemplo a las famosas hadas,
que tienen su origen en la época hiperbórea, como también los unicornios y pegasos, que no se
extinguieron, sino que pasaron a otra dimensión, y por eso las narraciones y cuentos infantiles no se
alejan de la realidad, porque todo fue así, y también había elementales inferiores, animales mitológicos
destructivos como los dragones, y como todo es dual, además de existir seres inferiores, existen seres
constructivos con belleza, como los unicornios, y ejemplo de esta dualidad es la mente humana de la
actual raza aria, que es dual, a diferencia de la mente de la raza hiperbórea .
De hecho, la mente de la raza aria actual, ha perdido la inocencia de antaño y se ha vuelto
demasiado sofisticada, y por eso el estudio de estas razas, que son otros NIVELES DE SER, se ven
como algo fantástico y elemental, ya que sin embargo la inocencia es un valor de la conciencia,
inocencia que tenían los hiperbóreos, y por eso no tenían malicia, dado que sentían con el corazón y
tenían una mente natural y por eso no necesitaban razonar, aunque la inocencia no quiere decir dejarse
engañar, sino que se piensa de una manera sencilla y por eso la inocencia le daba la capacidad de ver las
cosas a los hiperbóreos desde una mente sencilla y limpia, es decir, ver las cosas como son, sin sacar
falsas conclusiones, y ahí juega un papel determinante el orgullo propio, es decir, el ser capaz de no
pensar mal de nadie, y por eso los hiperbóreos como no pensaban mal de nadie, tenían la glándula pineal
desarrollada, lo que le confería una visión espiritual de las cosas, y por lo que eran seres muy
evolucionados
Los celtas, que fueron descendientes de los hiperbóreos dejaron grandes construcciones como
menhires y dólmenes, que eran centros ceremoniales de épocas pretéritas, ya que por ejemplo en aquella
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