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En la figura 5.4 se observa cómo la velocidad del centro de masas del penacho<br />
no es constante, sino claramente irregular. Este hecho es debido a la heterogeneidad del<br />
medio. Cuando el centro de masas del penacho atraviesa zonas de mayor conductividad<br />
esta velocidad es mayor que cuando atraviesa zonas de conductividad más baja. Esta<br />
irregularidad de la velocidad local existe en todas las trayectorias que siguen las<br />
moléculas de soluto, y no sólo las del centro de gravedad. El resultado es que en cada<br />
zona del penacho las moléculas se mueven con una velocidad y dirección<br />
independientes de las demás zonas debido a la heterogeneidad del medio. Esta es la<br />
causa principal de la dispersión macroscópica de los solutos en el seno de un acuífero y<br />
la razón de la importancia de modelar correctamente las heterogeneidades del medio.<br />
Hay que destacar que en los instantes iniciales, el centro de gravedad del<br />
penacho no parece moverse. Esto se debe a que, al inyectar un volumen finito de<br />
disolución de trazador, se crea una pequeña perturbación transitoria del campo de<br />
alturas piezométricas, que tarda unos instantes en volver al régimen estacionario.<br />
Durante esos instantes, el penacho crece alrededor de su centro de masas, aumentando<br />
su volumen, pero sin desplazarse de manera apreciable. De ahí que la curva de<br />
velocidades muestre un valor casi nulo en los primeros momentos de su evolución.<br />
Los momentos centrales de segundo orden miden la desviación típica de la<br />
distribución de las concentraciones de soluto alrededor del centro de masas del<br />
penacho. Estos valores tienen gran importancia a la hora de determinar la dispersividad,<br />
puesto que definen un tensor S, relacionado con el tensor de dispersión según su<br />
evolución en el tiempo. Esta evolución puede verse gráficamente en la siguiente figura<br />
5.5:<br />
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