STF NA MÍDIA

JUSTIÇA NO EXTERIOR •
ULTIMA HORA.COM (PY) • POLÍTICA • 18/9/2011
Un fallo del 63 puede anular todos los títulos del brasileño
Un fallo de la Corte de 1963 pone en duda la legitimidad de un título de propiedad del
que se desprendieron todas las tierras que hoy explota el Grupo Favero. El documento
puede desatar un terremoto jurídico en el país.
La reaparición de una sentencia
definitiva de la Corte
Suprema de Justicia de
1963, pone en duda la autenticidad
de todos los títulos de
propiedad de los actuales
ocupantes de unas 257 mil
hectáreas ubicadas entre los
departamentos de Alto Paraná,
Canindeyú y Caaguazú,
entre las que se encuentran
unas 59 mil hectáreas explotadas
hoy por el Grupo Favero,
del empresario brasileño
Tranquilo Favero.
De acuerdo con los documentos
que obran en los Registros
Públicos, todas las
propiedades de Favero se
desprendieron de una finca
madre, la número 4036, de
Jesús y Trinidad, que fue
cedida al Banco Asunción
por Sylvia Barthe viuda de
Pera, en noviembre de 1969.
En 1973, el Banco Asunción
vendió la propiedad a la firma
"Colonizadora Tres Fronteras",
la que volvió a transferirla
un año después a la
empresa en formación "Gulf
+ Wester Americas Corporation".
Siempre de acuerdo con los
documentos descubiertos en
los Registros Públicos, la
"Gulf + Wester Americas
Corporation" transfirió nuevamente
la finca, esta vez a
la empresa "Agriex - Sucursal
Paraguay" en agosto de
1979.
A partir de entonces y hasta
1999, de esta finca, que se
originó con la venta de Sylvia
Barthe viuda de Pera al
Banco Asunción, se desprendieron
todos los otros títulos
de propiedad que hoy tienen
las empresas del Grupo Favero,
y que totalizan en su conjunto
unas 59 mil hectáreas.
EL PECADO ORIGINAL.
Sylvia Barthe es una de las
supuestas herederas de Domingo
Barthe, un francés
radicado en Argentina, que
entre los años 1912 y 1913
compró los títulos de propiedad
de unas tierras que habían
sido vendidas por el Estado
paraguayo en 1888.
El detalle que Barthe pasó
por alto es que las personas
que le vendieron los títulos
habían perdido la propiedad
de las tierras en 1894 cuando
el Estado las llevó a remate y
se las adjudicó nuevamente
debido a que los compradores
originales jamás pagaron
por ellas.
Ya en 1921, el entonces fiscal
general del Estado inició
una acción legal contra los
herederos de Barthe pidiendo
la nulidad de sus títulos y la
ratificación de la propiedad
del Estado sobre las 257 mil
hectáreas en disputa.
El juicio terminó con una
sentencia definitiva de la
Corte Suprema, en 1963,
que ratificó la propiedad del
Estado sobre las 257 mil hectáreas
y declaró nulas todas
las ventas de 1888 y todas las
transacciones posteriores a
ella.
Eso incluye, necesariamente,
la creación de la finca 4036,
vendida por la presunta heredera
de Barthe, Sylvia Barthe
de Pera, y todas las transacciones
derivadas de esta.
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