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JUSTIÇA NO EXTERIOR •<br />
CLARÍN (AR) • OPINIÓN • 16/9/2011<br />
Retroceso en la Justicia penal para jóvenes<br />
EXPERTO EN DERECHO PE<strong>NA</strong>L JUVENIL, PRESIDENTE DE LA FUNDACION SUR<br />
ARGENTI<strong>NA</strong><br />
Por<br />
Emilio García Méndez<br />
Luego del informe publicado<br />
el año pasado sobre Seguridad<br />
Ciudadana y Derechos<br />
Humanos, la Comisión Interamericana<br />
de Derechos<br />
Humanos (CIDH) acaba de<br />
publicar un informe oficial<br />
titulado “Justicia Juvenil y<br />
Derechos Humanos en las<br />
Américas”. Como difícilmente<br />
podría ser de otra forma<br />
(conviene recordar que –<br />
objetivamente- la Argentina<br />
es el país más atrasado y<br />
brutal en la materia ya que<br />
es el único, que en forma<br />
inédita en América latina,<br />
ha condenado a 12 menores<br />
de edad a reclusión perpetua<br />
y el único que no posee<br />
una ley de responsabilidad<br />
penal juvenil ), la Argentina<br />
ocupa un triste lugar de<br />
destaque.<br />
Varias son las menciones<br />
explícitas al tema de las perpetuas<br />
a menores de edad a<br />
lo largo de dicho informe que<br />
justifican la desgraciada<br />
notoriedad a la que aquí se<br />
hace mención.<br />
Sin embargo, existe otro tema<br />
tan preocupante como el<br />
anterior que no sólo tiene<br />
como protagonista a la Argentina<br />
sino más precisamente<br />
a la supuesta ala progresista<br />
del Poder Judicial.<br />
En la propia introducción del<br />
informe de la CIDH, puede<br />
leerse textualmente: “Otra<br />
preocupación de la Comisión<br />
es que en algunos casos los<br />
niños, niñas y adolescentes<br />
por debajo de la edad mínima<br />
para infringir las leyes penales<br />
son privados de su libertad<br />
en el marco de procesos<br />
de ‘protección’, dando lugar<br />
a un tratamiento punitivo<br />
de esas situaciones sin que<br />
exista, en muchas ocasiones,<br />
un estricto cumplimiento<br />
de las garantías del<br />
debido proceso ”.<br />
Esta preocupación, que se<br />
repite reiteradamente durante<br />
el informe, menciona explícitamente<br />
a la Argentina y se<br />
refiere muy especialmente a<br />
un lamentable fallo de la<br />
Corte Suprema argentina<br />
del 2.12.2008 (Fallo CSJN<br />
331:2691 García Méndez-<br />
Musa, L.), que, legitimando<br />
el decreto de la dictadura<br />
militar 22.278 de 1980 (Régimen<br />
Penal de la Minoridad<br />
vigente), permite el uso de<br />
la privación de libertad en<br />
cárceles de menores justamente<br />
para aquellos que el<br />
propio decreto de la dictadura<br />
designa no sólo como<br />
inimputables sino también<br />
como no punibles . Este<br />
fallo, cuyo autor ha dado<br />
lugar a la llamada “Doctrina<br />
Zaffaroni” en la materia,<br />
confirma una peligrosísima<br />
tendencia que aflora en la<br />
región pero cuyo epicentro<br />
ideológico y geográfico es<br />
sin duda la Argentina.<br />
En términos generales asistimos<br />
en esta materia a un<br />
proceso de involución autoritaria<br />
desde fines de la década<br />
de los 90. Un proceso<br />
que desde sus orígenes hasta<br />
mediados de la década pasada<br />
se manifiesta en su forma<br />
clásica a través de un doble<br />
slogan: aumento de las penas<br />
y baja de edad de la<br />
imputabilidad . Sin embargo,<br />
desde hace ya varios<br />
años, y el fallo Zaffaroni es<br />
la representación viviente<br />
de este cambio , asistimos a<br />
la tendencia más insidiosa<br />
aún de utilizar la privación<br />
de libertad no como respuesta<br />
seria y legítima del Estado<br />
a los delitos graves que cometen<br />
los menores de edad,<br />
sino como forma de “política<br />
social reforzada” para<br />
enfrentar el gran problema<br />
social del siglo XXI: los<br />
adolescentes pobres de las<br />
periferias urbanas .<br />
El informe no sólo es claro<br />
sino que además es contundente<br />
y nos recuerda de alguna<br />
forma aquel viejo refrán<br />
español que dice: “Líbrame,<br />
Señor, de las aguas mansas<br />
que de las otras me libro yo<br />
solo”.<br />
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