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Delumeau-Jean-El-Cristianismo-Del-Futuro

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<strong>El</strong> caso del Dalai Lama confirma mis palabras. Otro responsable<br />

religioso en el que se concretan, gracias a su relevancia espiritual,<br />

las generosas aspiraciones de muchas personas. Dicho<br />

de otra manera, es bueno que el portavoz autorizado de una religión<br />

tenga un rostro, se le oiga y se le vea, que se rece y se cante<br />

con él. Pero el impacto en las conciencias y en los corazones<br />

del mundo entero sería más fuerte si el papa hablara en nombre<br />

de todos los cristianos.<br />

Un ejemplo que ilustra lo contrario me viene a la mente: el<br />

Islam carece dolorosamente de un único portavoz. Si existiera,<br />

tendría que pronunciarse necesariamente sobre el terrorismo. Bin<br />

Laden se puede presentar como jefe espiritual y comprometer, en<br />

el nombre de Alá, a millones de musulmanes en la guerra y la<br />

venganza.<br />

<strong>El</strong> ideal sería, por tanto, que el cristianismo reconciliado consigo<br />

mismo se expresara por voz de su primer pastor. Pero sobrevienen<br />

rápidamente problemas embarazosos. Porque la unidad a<br />

la que aspiran muchos cristianos, comprendidos los católicos, pasa<br />

necesariamente por «una redefinición de la autoridad pontificia».<br />

<strong>El</strong> deseo es del propio Juan Pablo 11, que en su encíc1ica Ut<br />

unum sint de 1995 propuso un diálogo sobre el papado. Reiteró este<br />

deseo en <strong>El</strong> Cairo en febrero de 2000. <strong>El</strong>18 de enero del mismo<br />

año en San Pablo Extramuros, estando al lado del arzobispo de<br />

Canterbury y del representante del patriarca de Constantinopla<br />

había planteado «¿Puede un cuerpo estar dividido?». Pero ninguna<br />

propuesta concreta ha surgido después. En enero de 2003, durante<br />

la Semana de la Unidad, Juan Pablo 11 se dec1aró una vez<br />

más dispuesto a someter a discusión sus poderes con el fin de facilitar<br />

la unión de las iglesias cristianas. Pero ahí se quedó todo.<br />

¿Qué hacer?<br />

I<br />

•<br />

Un día -¿cercano quizá?- inc1uso en el seno de la Iglesia romana<br />

habrá que «poner en práctica una ec1esiología de comunión<br />

y proceder a una relectura ecuménica del Vaticano I y en es-

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