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Delumeau-Jean-El-Cristianismo-Del-Futuro

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Cuando juzgamos a la Iglesia polaca y la consideramos conservadora,<br />

olvidamos el caso de Silesia y otros muchos. Citaré<br />

solamente uno. Habiendo suprimido los rusos, después de la revuelta<br />

de 1863, en la zona sometida todos los centros católicos a<br />

excepción de las iglesias, un capuchino creó en 1890 varias congregaciones<br />

femeninas que trabajaron clandestinamente -luego<br />

como civiles- en las escuelas, los hospitales y las fábricas. Singular<br />

avance en nuestra modernidad cristiana occidental.<br />

Durante la 11 Guerra Mundial, la persecución nazi que apuntaba<br />

al exterminio del pueblo polaco no salvó a la Iglesia, que fue<br />

íntimamente mezclada con la resistencia y pagó un gravoso tributo<br />

en vidas humanas. De modo que esta última y terrible prueba<br />

parece haber aún reforzado la raigambre del catolicismo en el<br />

suelo polaco. En nuestros días la Iglesia y sus estructuras son el<br />

único contrapeso, incluso en opinión de muchos polacos apartados<br />

de la religión, a un régimen que no dispone de ningún sostén<br />

popular real y que se mantiene en el poder sólo en razón de la cercanía<br />

del gran hermano ruso, que no cuenta con la simpatía de los<br />

miembros del partido.<br />

Pero ¿qué sucederá si un día la presión soviética flaquea y<br />

Polonia puede otorgarse las instituciones de su opción? ¿Atraería<br />

tanto si dejara de ser el lugar de convergencia y el medio de expresión<br />

de animosidades que entonces no tienen sentido? ¿Acaso<br />

Polonia no repetiría con cierto desfase cronológico el esquema<br />

occidental de descristianización? Incluso a pesar de todo, ¿no va<br />

a desprenderse poco a poco también de su Iglesia?<br />

Una respuesta parcial a esta cuestión, y en general a todas<br />

las inquietudes suscitadas por la descristianización, la proporciona<br />

el ejemplo de lo que ocurre al este de Polonia. Testimonios que<br />

se multiplican aseguran que la persecución no ha conseguido<br />

romper el cristianismo en Rusia. <strong>El</strong> cardenal Koening ha tenido<br />

razón al comparar en un artículo de Le Monde 2 el ateísmo oficial<br />

de Rusia a la religión de Estado de las monarquías europeas de<br />

2 Le Monde del 28 de noviembre de 1975 (

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