26.11.2014 Views

Delumeau-Jean-El-Cristianismo-Del-Futuro

Delumeau-Jean-El-Cristianismo-Del-Futuro

Delumeau-Jean-El-Cristianismo-Del-Futuro

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Después del Vaticano II esta doctrina ha sido denunciada<br />

dentro de la Iglesia católica. Joseph Ratzinger rechaza que Dios<br />

sólo sea «misericordioso» después de ver cumplida su «venganza».<br />

Sublevándose contra la teología de la «satisfacción», que situaba<br />

la cruz «dentro de un mecanismo de derecho lesionado y<br />

reparado», rechazaba la noción de un Dios «cuya justicia inexorable<br />

[hubiera] exigido un sacrificio humano, el sacrificio de su<br />

propio Hijo. En la medida en que esa imagen se ha divulgado, en<br />

esa misma media es falsa» 38. T. Rey-Mermet y B. Sesboüé tampoco<br />

son partidarios de esta teología. <strong>El</strong> primero escribía:<br />

I ,<br />

,',o<br />

(Esta doctrina) presenta a Dios como un justiciero sanguinario,<br />

un chalán rapaz, para quien el rescate no tiene además olor,<br />

puesto que sacrifica al inocente por el culpable. A no ser que se<br />

vea en ella una transacción ficticia de Dios a Dios, un capital<br />

que cambia de sitio dentro de la misma caja. Pero entonces,<br />

¿para qué esta comedia? Y en este juego, ¿para qué el sufrimiento<br />

y muerte de un hombre? (...) De todos modos, en ambos<br />

casos, la Resurrección viene a ser algo sin importancia, porque<br />

todo está pagado, «rescatado», por la muerte 39.<br />

B. Sesboüé también es muy expresivo en una obra más reciente<br />

y portadora del mismo título que la de T. Rey-Mermet, Creer:<br />

Nuestra salvación es una transacción que se realizó supuestamente<br />

entre el Padre y el Hijo. <strong>El</strong> Padre obligó a su Hijo a morir,<br />

para vengarse, en cierto modo, en Él del pecado de la humanidad.<br />

<strong>El</strong> Hijo aceptó esa condena a muerte como un castigo<br />

para expiar nuestros pecados. Algunos incluso han aceptado<br />

que era necesario compensar el peso del pecado con un suplicio<br />

equivalente...<br />

Se engañan torpemente. Lo que Dios no quiso imponer a Abrahán,<br />

la muerte de su hijo Isaac, ¿se lo habría impuesto a sí mismo?<br />

(...) Esta interpretación errónea es dramática, porque<br />

38 J. RATZINGER, FOI chrétlenne hier y aUjourd'hUl, París, Mame, 1976, p. 197.<br />

Es necesario retomar algunos pasajes de mi Ce que je crOlS, o. C., pp. 86-87.<br />

39 T. REY-MERMET, Crolre, o. C., I, p. 206.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!