Informe completo - Asociación de Investigación y Estudios Sociales

Revista de derechos humanos
En la gráfica anterior se evidencia
nuevamente que las mujeres ocupan menos
cargos de alto nivel que los hombres
dentro del Organismo Ejecutivo. En las
secretarías se equipara más la participación
femenina; sin embargo, les fueron
asignadas las secretarías de logística;
entre éstas: la de Comunicación Social
de la Presidencia, la de Bienestar Social,
la de Obras Sociales de la Esposa
del Presidente. Las más relevantes que
ellas ejercen, desde la perspectiva de la
autora de la presente investigación, son
la Secretaría de la Mujer y la Secretaría
de la Paz. Pero la de Análisis Estratégico
de la Presidencia, la de Planificación y
Programación de la Presidencia, la Secretaría
de Asuntos Administrativos y de
Seguridad de la Presidencia, etc., siguen
siendo encabezadas por hombres.
Constituye un gran avance que una
mujer ejerza el cargo más alto en una de
las entidades más importantes del poder
ejecutivo: el Ministerio de Finanzas
Públicas, que es la entidad responsable
de administrar los recursos financieros
del Estado.
Este cargo sólo puede ser ocupado
por personas con determinadas capacidades;
por lo tanto, no se puede argumentar
que la designación de este puesto
fue una concesión, en aras de demeritar
las calidades y cualidades de la actual
ministra en particular, y de las mujeres
en general.
De igual manera, el Ministerio de
Educación está, actualmente, en manos
de una fémina; sin embargo, esto no
es inusual, porque a las mujeres se les
asigna la dirección o ejecución de tareas
que sólo son una extensión de su trabajo
doméstico, como se evidenciará más
adelante en este capítulo.
Otro avance de gran importancia es
que, por primera vez en la historia del
Colegio de Abogados y Notarios de Guatemala,
quedó electa como Presidenta
una mujer, la Licda. Yolanda Pérez.
Cuando se ha cuestionado la relegación
de las mujeres al momento de
considerar alguna o algunas candidaturas,
se ha argumentado que les hace falta
formación, nivel educativo, experiencia,
edad, etc.; sin embargo, la práctica ha
demostrado que a pesar de que ellas
cuentan con todos los requisitos necesarios,
siguen siendo excluidas de los
puestos públicos.
“Pese a que se ha logrado un avance
definitivo en el acceso de las mujeres
a la educación en todos los niveles
de enseñanza, ello no se traduce en
un acceso a los procesos de adopción
de decisiones públicas. Esto
demuestra que la discriminación
no es el resultado de diferencias en
materia de capacitación sino que es
un rasgo constitutivo de las actuales
relaciones sociales”. 103
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