Informe completo - Asociación de Investigación y Estudios Sociales

Revista de derechos humanos
de las violaciones a los derechos humanos
de las personas infectadas por el
VIH/SIDA.
Ratifica además que si bien los
derechos humanos están garantizados
tanto en las constituciones como en
los instrumentos internacionales, en
la cotidianidad se sigue reflejando un
problema de grandes magnitudes, que
se observa en lo que concierne a la
seguridad de éstos. El reconocimiento
y la garantía de tales derechos debe
ser el resultado de su positivización en
normas de seguridad personales, y con
ello lograr la seguridad jurídica de las
personas, especialmente de los grupos
marginados como es el caso de los pacientes
de VIH/SIDA.
Esta forma de exclusión se debe
en cierta medida a la deficiencia de los
procesos educativos en nuestro país,
lo cual demuestra que la socialización
lograda no brinda un claro apoyo al
fortalecimiento y vigencia del Estado
de Derecho, ya que en nuestro medio,
la promoción y defensa de los derechos
humanos no están encaminadas a la
creación de una orientación específica
de la población. Ello no permite que
ésta reclame los compromisos expresos
en la educación nacional en cuanto a la
promoción, enseñanza y vivencia de los
derechos humanos.
El autor expresa que estos procesos
de cambio deben basarse en políticas
nacionales que respondan a nuevos
enfoques de salud pública y que sean
capaces de competir con las prioridades
gubernamentales que interfieren en
el desarrollo de la salud, mismas que
provocan una indiferencia estatal que
no permite percibir de la importancia y
la urgencia que representa el tema del
VIH/SIDA como un problema que afecta
a toda la población.
El trabajo de investigación presenta
que las instituciones de atención y asistencia
de las políticas y programas gubernamentales
frente al VIH/SIDA no representan
los intereses de los portadores, los
enfermos y los grupos discriminados, ni
protegen sus derechos. Tampoco se les
ofrece el respaldo jurídico necesario.
Con ello, el autor denuncia públicamente
que la negligencia del Estado
guatemalteco hace aparecer al SIDA
como una enfermedad “común” y nada
más que eso, una enfermedad. La negligencia
deviene, entre otros factores,
del desconocimiento real del problema,
y de que el tema no es rentable económica
ni políticamente, razones que
justifican la no adopción de medidas
excepcionales y de tratamiento especial
para esta enfermedad. Estos factores no
contribuyen en ningún sentido a eliminar
la discriminación de que son objeto las
personas con VIH/SIDA.
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