114para todos los que viven <strong>de</strong> lalibertad <strong>de</strong> la fe ya que ésta,que no surge <strong>de</strong> sí misma,pue<strong>de</strong> alimentar el interés porlos <strong>de</strong>más. El don acogido esla raíz <strong>de</strong>l servicio <strong>de</strong>stinado atodos, ya que en el servicioprestado no hay ninguna razón<strong>de</strong> contradicción o impedimentopara el logro <strong>de</strong> símismos. El hombre <strong>de</strong> fe encuentraal Señor en las necesida<strong>de</strong>s<strong>de</strong>l cuerpo material <strong>de</strong>este mundo nuestro alre<strong>de</strong>dor<strong>de</strong>l comportamiento que se hatenido (Mt 25, 35-36). Portanto, Dios no anula el <strong>de</strong>seo<strong>de</strong> felicidad y <strong>de</strong> vida <strong>de</strong>lhombre sino hace que el <strong>de</strong>seose vuelva plenamente conformea la verdad <strong>de</strong>l vivir. Eneste sentido, aunque sólo eneste sentido, el sufrimiento <strong>de</strong>la enfermedad pue<strong>de</strong> llamarseuna prueba, según como imponeal hombre que se <strong>de</strong>cidacon respecto a la vida y <strong>de</strong>aquel significado por el cualél, esto es en su especificidad<strong>de</strong> ser personal, no se pierda.El rito sacramental es pueslo que permite al hombre enfermoactuar su <strong>de</strong>cisión conrespecto a la existencia, yaque la propiedad <strong>de</strong>l acto ritual<strong>de</strong> la Iglesia consiste enponer en campo lo que el Dios<strong>de</strong> Jesús garantiza y hace posibleen total beneficio <strong>de</strong> cadauno. Que se trate <strong>de</strong> unaauténtica <strong>de</strong>cisión que es precisotomar y no <strong>de</strong> un simplediscurrir que, pasando en reseñalos eventuales responsables<strong>de</strong> la presencia <strong>de</strong>l mal, <strong>de</strong>jesin embargo globalmente inmutadoel estado <strong>de</strong> cosas, loprueba también la sugerenciaque el filósofo Boecio planteacon respecto a la cuestión <strong>de</strong>lmal y <strong>de</strong> la culpa. Como encarceladoy en espera <strong>de</strong> laejecución capital él insiste <strong>de</strong>clarando:“Si Dios existe, ¿<strong>de</strong>dón<strong>de</strong> el mal y la crueldad?Así también el bien, ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong>si El no existe?”. La únicafórmula, que pue<strong>de</strong> aspirar ai<strong>de</strong>ntificar la justa posición <strong>de</strong>la cuestión <strong>de</strong>l mal, reviste portanto la configuración <strong>de</strong> lapregunta, a la que se respon<strong>de</strong>sólo bajo la condición <strong>de</strong> exponerseen primera persona.En la respuesta, siempre y <strong>de</strong>todos modos personal, segúnlo que subraya Boecio, el quees llamado directamente encausa es Dios mismo. La llamadaa algún otro, que no sei<strong>de</strong>ntifique con Dios, transformaríael alcance <strong>de</strong>l mal presenteen el sufrimiento y en laculpa, en algo netamente insignificante.El proceso intentadoa propósito <strong>de</strong>l mal <strong>de</strong>beconducir a Dios, para interrogarnosacerca <strong>de</strong> la naturaleza,que es aquella específica <strong>de</strong>Dios, y acerca <strong>de</strong>l contenido<strong>de</strong> la voluntad divina con referenciaal hombre tal como éles en lo concreto <strong>de</strong> la cotidianeidad.En efecto, parecería surgiruna alternativa entre la bondady la fuerza divinas: siDios es bueno, ¿por qué noprovee a <strong>de</strong>tener el mal y si espotente por qué tolera el mal yel influjo <strong>de</strong>l mal en el hombrey en el mundo? 5 Según eljuicio humano la maldad <strong>de</strong>lmal alcanza, su expresión másevi<strong>de</strong>nte cuando la <strong>de</strong>sgraciaafecta al “inocente” y lo transformaen víctima, particularmenteal niño “inocente”. Deeste modo, la extensión <strong>de</strong> laamenaza <strong>de</strong>l mal no tiene confines:no sólo porque el malllega a afectar al improviso sinosobre todo porque nomuestra tener respeto por ningunoo incluso tiene ciertoatenuante por alguno. En elcaso <strong>de</strong>l niño, el hombre aparecesin la misma posibilidad<strong>de</strong> la palabra y <strong>de</strong> la acción,mediante las cuales al menostome las distancias <strong>de</strong>l mal,indicando el grado <strong>de</strong> ajenidadcon respecto a lo que el<strong>de</strong>seo <strong>de</strong> vida contiene y propone.Al respecto, y por tantola clara certeza <strong>de</strong>l perfil netamente<strong>de</strong>structivo <strong>de</strong>l mal, lavoz más crítica que se elevacontra la prepotencia y el pesopor nada soslayables <strong>de</strong>l mal,es aquella que encontramos enlos textos <strong>de</strong> la Sagrada Escritura.La Biblia no prevé haceruna presentación <strong>de</strong> Dios y enque consista su acción <strong>de</strong> re<strong>de</strong>ncióny pretenda ponerlosal reparo <strong>de</strong>l lamento <strong>de</strong>lhombre que sufre 6 . Es el libro<strong>de</strong> los Salmos el que, segúnuna perspectiva totalmenteexclusiva pero gracias a lacual releemos todo el mensaje<strong>de</strong> la revelación <strong>de</strong> las Escrituras,refiere el lamento <strong>de</strong>aquel que se encuentra en elsufrimiento.En el mismo libro <strong>de</strong> Job, loque los mitos a menudo hantratado <strong>de</strong> minimizar, es <strong>de</strong>cirla necesidad <strong>de</strong> intentar con ladivinidad la discusión alre<strong>de</strong>dor<strong>de</strong>l mal, se propone comouna cuestión inevitable, cuandono se quiera trivializar o<strong>de</strong>sconsi<strong>de</strong>rar el sufrimiento<strong>de</strong>l hombre. Job no se muestrani tranquilo ni resignado y porlo mismo no se sustrae a escudriñarlo que generalmente erasostenido por otros y que losamigos están prontos a recordarhaciéndolo valer comoopinión común. Lo que interesaa la narración <strong>de</strong>l libro es laparticular forma <strong>de</strong> “sumisión”a la que el personaje <strong>de</strong>ltexto llega y por la cual éste,no renuncia a elevar su protestacontra Dios, pero tampocollega a la negación <strong>de</strong> Dios.En otras palabras, la acusa y laprotesta <strong>de</strong> Job no se ponenfuera <strong>de</strong>l horizonte <strong>de</strong> la fe sinoprecisamente buscan <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> ella una aclaración parareencontrar y compren<strong>de</strong>r conmás pertinencia lo que se cree.Este mismo objetivo lo encontramosen la fórmula <strong>de</strong>l salmoque, según el juicio <strong>de</strong> algunosestudiosos, reviste lamisma función que tienen los“exvoto”. En efecto, la oraciónes formulada una vez quese ha alcanzado la finalidad <strong>de</strong>salvación <strong>de</strong> la que habla elsalmo. Pero <strong>de</strong> este modo,dando una fuerte importanciaal lenguaje <strong>de</strong>l lamento, elhombre que ruega con el salmo,aclara que no se pue<strong>de</strong>consi<strong>de</strong>rar “natural” <strong>de</strong> parte<strong>de</strong>l hombre subyacer al empuje<strong>de</strong>l mal.La inquietud espontánea esentonces acabar con todas las
formas <strong>de</strong> religión y todos lossistemas <strong>de</strong> reflexión que quisieranponer el mal como expresiónnormal <strong>de</strong> la calidad<strong>de</strong> finitud <strong>de</strong>l hombre y <strong>de</strong> laconnotación <strong>de</strong> finitud <strong>de</strong>lmundo en cuyo espacio viveel hombre. El mal no es lasimple contraseña <strong>de</strong> que elhombre está en el mundo y elsimple dispositivo mediante elcual se califica su i<strong>de</strong>ntidad.El mal es propiamente lo queataca al hombre agrediéndoloen su totalidad, sin limitarse aponer en dificultad un aspectoo a poner en discusión un perfil,<strong>de</strong>jando sobrevivir intactostodos los <strong>de</strong>más componentes.Esto significa que no existeningún motivo <strong>de</strong> necesidad<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l asomarse <strong>de</strong>l malen la escena <strong>de</strong> la vida <strong>de</strong>l individuoy <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> loshombres. No hay alguna motivaciónpertinente para que seconvali<strong>de</strong> la <strong>de</strong>claración quesostiene que el mal <strong>de</strong>be existirobligatoriamente. Antesbien, la <strong>de</strong>finición <strong>de</strong>l mal esla que lo indica como aquelloque en verdad <strong>de</strong> ningún modoy por ninguna finalidad <strong>de</strong>beestar, ni <strong>de</strong>ntro ni fuera <strong>de</strong>lhombre. 7 Al explicitar su contraposiciónal mal el hombreorante <strong>de</strong> los salmos explicitatambién el criterio último <strong>de</strong>las afirmaciones que la oraciónpropone, i<strong>de</strong>ntificándoloen la <strong>de</strong>claración valiente y<strong>de</strong>cidida <strong>de</strong> la existencia. Cómosea posible que el hombrellegue a tener su nombre, elque le pertenece <strong>de</strong> un modonaturalmente exclusivo y propio,en esto está lo esencial <strong>de</strong>la oración <strong>de</strong> los salmos elevadaen los casos <strong>de</strong> sufrimientoy mal.De este modo la oración, es<strong>de</strong>cir el lenguaje peculiar <strong>de</strong> larelación humana con Dios, fijay tematiza lo que fácilmentepo<strong>de</strong>mos consi<strong>de</strong>rar como lacaracterística y la raíz típica<strong>de</strong>l mal y <strong>de</strong>l sufrimiento. Esla injusticia que <strong>de</strong>fine la connotacióncentral <strong>de</strong> la experiencia<strong>de</strong>l mal y por consiguientela connotación con laque dicha experiencia se imponea la percepción, pero en<strong>de</strong>finitiva a la resistencia <strong>de</strong>lhombre. El conjunto <strong>de</strong> temas,que tratan <strong>de</strong> <strong>de</strong>cifrar en llaveespeculativa la esencia <strong>de</strong>l maly el complejo <strong>de</strong> los proyectos– que exigen en vez <strong>de</strong> limitaren una perspectiva práctica lafuerza <strong>de</strong> negación – son puestosrápidamente en dificultad,ya que son muy insuficientespara <strong>de</strong>linear una clarificaciónen lo que respecta lo que la experienciahumana <strong>de</strong>l mal poneen juego. La afirmación,según la cual los hombres estánexpuestos indistinta yconstantemente a la prepotencia<strong>de</strong> la injusticia, así comono disuelve la causa <strong>de</strong>l dolor,tampoco logra alejar o por lomenos atenuar el grado <strong>de</strong>problematicidad, con la cualse introduce la presencia <strong>de</strong>lmal. El mismo llamado a lacalidad <strong>de</strong> la fragilidad queacomuna en un único conjuntoy bajo un mismo género a loshombres, <strong>de</strong>ja luego que cadauno vaya hacia un <strong>de</strong>stino queno está a la altura <strong>de</strong>l <strong>de</strong>seo <strong>de</strong>realización <strong>de</strong>l cual el hombrees portador y sobre el cual encaminasu pensamiento y lavoluntad. El mal es <strong>de</strong> por sítodo lo que interrumpe el recorrido<strong>de</strong> la existencia <strong>de</strong>lhombre haciéndolo tan profundamenteinteligible queobliga a toda persona a permanecerlejana <strong>de</strong> alguna posibilidad<strong>de</strong> reparo, en una soledadque para cada uno no pue<strong>de</strong>sino ser la más completa.Al respecto, el interroganteirrenunciable para la prácticay para la reflexión actuales <strong>de</strong>la Iglesia se refiere al modogracias al cual hacer actuablela confrontación con la experienciasecularizada <strong>de</strong>l malque caracteriza esta estación<strong>de</strong> la época contemporánea.Incluso el retorno en campo<strong>de</strong> lo sagrado no parece tenerla fuerza para cambiar la ten<strong>de</strong>nciaprevaleciente <strong>de</strong> la secularizaciónsino lo auna, terminandopor confirmar ensustancia la línea <strong>de</strong> ten<strong>de</strong>ncia.El último período <strong>de</strong>l sigloapenas pasado, no sin ciertapertinencia, ha sido <strong>de</strong>nominadocomo tiempo religiosopero dicha calificación esperaser a<strong>de</strong>cuadamente valoraday explicada a partir <strong>de</strong>lsentido <strong>de</strong>l todo peculiar <strong>de</strong>lcomportamiento <strong>de</strong> la fe. Elinterrogante cae en particularsobre la capacidad <strong>de</strong> culto<strong>de</strong>l hombre contemporáneo yaque éste, a través <strong>de</strong> los proyectosque cultiva, hace prevalecerla figura <strong>de</strong> una humanidad<strong>de</strong> los hechos, sin tradiciones,la figura <strong>de</strong> una humanidadque resulta ser al mismotiempo fluctuante e infecunda.No está en juego la capacidad<strong>de</strong> culto <strong>de</strong>l hombre tomadaen sí misma o bien consi<strong>de</strong>radaen su constitutivo esencialsino la posibilidad <strong>de</strong> entraren la lógica singular <strong>de</strong> lossímbolos rituales <strong>de</strong> la fe.Ahora bien, el rito sacramental<strong>de</strong> la unción lo <strong>de</strong>bemosasumir no separadamente <strong>de</strong>Aquel que justamente segúneste <strong>de</strong>terminado modo, el <strong>de</strong>la acción <strong>de</strong>l rito, expresa suvoluntad <strong>de</strong> salvación y ofreceal hombre el criterio en nombre<strong>de</strong>l cual creer. El rito <strong>de</strong> laIglesia al tomar las distancias<strong>de</strong>l mal coloca la actitud <strong>de</strong>lCrucifijo en la historia <strong>de</strong> laIglesia en favor <strong>de</strong>l hombre <strong>de</strong>cada tiempo y lugar.Es el Crucifijo el que alejala posible sospecha <strong>de</strong>l hombreante un Dios perverso eimpotente, y nos revela másbien a un Dios que, no siendoresponsable <strong>de</strong>l mal, no poresto se sustrae a la confrontaciónque el hombre entablacon el mal. La acción ritual <strong>de</strong>la Iglesia permite que cadauno coloque su condición <strong>de</strong>sufrimiento en el fuego <strong>de</strong>lacontecimiento singular quees el Crucifijo. El sacramentono es pues el simple instrumentoeducativo que buscapreparar la conciencia <strong>de</strong> loscristianos para que su comportamientoesté a la altura <strong>de</strong>lo que pi<strong>de</strong> la voluntad <strong>de</strong>Dios. La acción sacramentalpermite el efectivo tomar parteen la fuerza divina que poneen movimiento aquello por lo115
- Page 1 and 2:
DOLENTIUM HOMINUMN. 45 - año XV -
- Page 3 and 4:
“Os encomiendo a María,Madre de
- Page 5 and 6:
2. En esta Jornada mundial del enfe
- Page 7 and 8:
5. La distribución equitativa de l
- Page 9 and 10:
Jubileode los Enfermosy de los Agen
- Page 11 and 12:
Liturgia de la uncióne imposición
- Page 13 and 14:
El dolor iluminado por la fe es fue
- Page 15 and 16:
Atravesando la Puerta Santa en San
- Page 17 and 18:
Homilía de S.E. Mons. Lozanoen la
- Page 19 and 20:
Jubileode los Enfermosy de los Agen
- Page 21 and 22:
Organismos episcopales nacionales,
- Page 23 and 24:
orientación y si es factible lacoo
- Page 25 and 26:
miento y de la vida, la Cartaapost
- Page 27 and 28:
y médico, a pesar del businessque
- Page 29 and 30:
i. La manipulaciónde la vida human
- Page 31 and 32:
dolas en verdaderos procesoseducati
- Page 33 and 34:
griega y la latina. Su etimologíag
- Page 35 and 36:
Esta clase de formación médicadar
- Page 37 and 38:
sión para la cual no tiene lasfuer
- Page 39 and 40:
a. La contestación que derivadel p
- Page 41 and 42:
origen de la contracultura de lacua
- Page 43 and 44:
Los mediosEl compromisoen las estru
- Page 45 and 46:
tes de los médicos, sino comosus c
- Page 47 and 48:
América Latina y también enAsia.
- Page 49 and 50:
Programas de educación entodos los
- Page 51 and 52:
GUIAS EN MATERIA ETICATextos estudi
- Page 53 and 54:
vación, irrupción de Dios que“e
- Page 55 and 56:
sí mismos son ley; como quienesmue
- Page 57 and 58:
donde llega la competiciónmercanti
- Page 59 and 60:
giosos y religiosas, fieles yhombre
- Page 61 and 62:
La financiación cada vezmás costo
- Page 63 and 64: tanasia, enfermedad grave personalo
- Page 65 and 66: Por ejemplo, hay que señalaruna es
- Page 67 and 68: diócesis italianas. En todaspartes
- Page 69 and 70: Seminario sobreLa enfermedadde Hans
- Page 71 and 72: comboniano, delegado de Follereaupr
- Page 73 and 74: sanitario y del voluntariado,nos pe
- Page 75 and 76: Jornada Mundial de los Leprososjunt
- Page 77 and 78: vos para el desarrollo son:- Reducc
- Page 79 and 80: nifica que se han resuelto todoslos
- Page 81 and 82: para la investigación.En los últi
- Page 83 and 84: 1,190 proyectos financiadospor las
- Page 85 and 86: ción Universal de los Enfermosde L
- Page 87 and 88: llos’. Todo lo que dice aquelprov
- Page 89 and 90: territorio en una península haciae
- Page 91 and 92: Una experiencia en AfricaAnte todo,
- Page 93 and 94: los MB efectivamente tienenpocos ba
- Page 95 and 96: dados durante toda la vida paraprev
- Page 97 and 98: El cronista y los enfermos de lepra
- Page 99 and 100: supersticiosa del leproso quecamina
- Page 101 and 102: au, que en este mundo, en elsiglo X
- Page 103 and 104: Pontificio Consejopara la Pastoral
- Page 105 and 106: Los sacramentos en la Pastoral de l
- Page 107 and 108: co tiene sus reglas, sus códigos,s
- Page 109 and 110: ¿Quién es un “católicono pract
- Page 111 and 112: El problema hoy ya no es máshacer
- Page 113: do por la misma creación.Desde el
- Page 117 and 118: que pasa también, obligatoriamente
- Page 119 and 120: ses con un bajo costo del trabajo,e
- Page 121 and 122: diante la radical indisponibilidadd
- Page 123 and 124: medad y el sufrimiento; y recurrira
- Page 125 and 126: años; refleja una percepciónmuy d
- Page 127 and 128: papel de los agentes sanitariosque,
- Page 129 and 130: Conclusiones de los grupos de traba
- Page 131 and 132: IX Congreso EuropeoFEAMCXX Congreso
- Page 133 and 134: Al católico jamás le es lícito h
- Page 135 and 136: Entre vosotros se encuentran invest
- Page 137 and 138: Saludo de AMCILa Asociación Médic
- Page 139 and 140: esfuerzo para su unificación, laor
- Page 141 and 142: Humanity, y da una conferenciasobre
- Page 143 and 144: jos agradeciendo a todos por lalabo