120visión propia <strong>de</strong> la fe. En unmundo en el que quizás la mayoría<strong>de</strong> los hombres ha perdidoo ha hecho incierta la fe vistaen la “inmortalidad <strong>de</strong>l alma”y en un mundo ultraterreno,se vuelve más arduo pensar,proyectar y actuar la propiaexistencia como momento preparatorioa otra vida. Por estola predicación tiene urgente necesidad<strong>de</strong> un fuerte replanteamientoteológico, cuyo espesorsabio y valiente, no remuevalos temas can<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l sufrimientoy <strong>de</strong> la muerte, sino quelos sepa afrontar con iluminacióny capacidad <strong>de</strong> orientacióny <strong>de</strong> sentido. La relaciónentre teología y solicitud pastoral<strong>de</strong> la salud no es ocasionalni extrínseca. Sin teología ladiaconía se comprime y se reducea una intervención socialcualquiera, a obra <strong>de</strong> peritos yexpertos; ya no tiene más unaraíz clara y una i<strong>de</strong>ntidad segura,se vuelve esclava <strong>de</strong> lasconcepciones antropológicas<strong>de</strong>l momento. Sin diaconía, asu vez, la teología se separa <strong>de</strong>la vivencia, se abstrae y ya nodialoga con la comunidad ycon el mundo.c. La visión pastoralEl compromiso eclesial porla salud amplía las tareas <strong>de</strong> lapresencia cristiana en el planeta<strong>de</strong>l sufrimiento y <strong>de</strong> la asistenciamédica más allá <strong>de</strong> latradicional celebración <strong>de</strong> lossacramentos y <strong>de</strong> los <strong>de</strong>más ritoslitúrgicos.La pastoral <strong>de</strong> la salud compren<strong>de</strong>hoy iniciativas culturales,organización <strong>de</strong> cursos <strong>de</strong>formación específicos para elpersonal hospitalario, atencióne incremento <strong>de</strong> las asociacionesprofesionales y <strong>de</strong>l voluntariado.También la figura y elpapel <strong>de</strong>l capellán hospitalarioson replanteados, con relacióntanto a la acción en las estructurassanitarias, como <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong> la comundiad cristiana en elterritorio, para que se sienta yactúe como sujeto <strong>de</strong> la pastoral<strong>de</strong> la salud.2. El compromiso fatigosoe imprescindible<strong>de</strong> la catequesis cristianaDe la ‘resignación’al cuidado <strong>de</strong> la saludUn sorpren<strong>de</strong>nte cambio <strong>de</strong>perspectiva cultural: la saludcomo proyecto <strong>de</strong> sociedad y<strong>de</strong> vida.El acento antropológico <strong>de</strong>la cultura contemporánea llevadirectamente al énfasis sobre eltema <strong>de</strong> la salud. Con los riesgosy las <strong>de</strong>formaciones quehemos mencionado. Pero tambiéncon la ganancia <strong>de</strong> unasensibilidad más completa enlo que se refiere a la visióncristiana misma <strong>de</strong>l hombre enla integralidad <strong>de</strong> su constituciónnatural y su condición histórica.Solemnes <strong>de</strong>claraciones internacionalescertifican y <strong>de</strong>algún modo codifican esta sensibilidadcompartida y difundida12 .La catequesis – escuela <strong>de</strong> lafe en lo concreto <strong>de</strong> las coordinadashistóricas, personales,culturales y sociales – <strong>de</strong>scubreen esta ten<strong>de</strong>ncia <strong>de</strong> la mentalidadcontemporánea una pautay un efecto, aunque parcialmenterealizado, <strong>de</strong> la mismapalabra evangélica. Por tanto,la <strong>de</strong>scubre en su valor comomensaje integral <strong>de</strong> salvaciónpara el hombre y el mundo.La catequesis, llamada a serlugar hermenéutico no evanesciente<strong>de</strong> los momentos fuertes<strong>de</strong> la existencia, se configuracomo itinerario educativo en elque el sacramento aparecetambién progresivamente ensus valores instructivos <strong>de</strong> acogida,acompañamiento, fuerzainterior <strong>de</strong> renovación y/o enfrentamiento,palabra <strong>de</strong> esperanzaconcreta. Esto exige unacatequesis capaz <strong>de</strong> exponer <strong>de</strong>manera clara y convincente lapropensión cristiana al gustopor la vida y el don <strong>de</strong> la vidacomo centro <strong>de</strong> la obra <strong>de</strong> lacreación (el árbol <strong>de</strong> la vida –Jn 10, 10). Capaz <strong>de</strong> educar alsentido <strong>de</strong>l misterio (sacramentum!)como habitación <strong>de</strong>lsentido y no como oscuramientoo evasión <strong>de</strong> la realidad. Eldolor interroga y sacu<strong>de</strong> la inteligencia,pero no se resuelveen una cuestión intelectual. Sólola comunión con el Crucifijorevela el abismo <strong>de</strong> mal, así comotambién la cima <strong>de</strong> re<strong>de</strong>nción:el misterio <strong>de</strong> oscuridadse transforma en misterio <strong>de</strong>revelación.Una cultura sumergida en elhedonismo, en la carrera aléxito, <strong>de</strong>l mito <strong>de</strong> la eterna juventudinterpone un velo opacoa la comprensión <strong>de</strong>l sufrimiento.La educación al símbolo, <strong>de</strong>lcual a menudo se habla en lacatequesis, <strong>de</strong>be <strong>de</strong>sarrollar enla persona la aptitud para irmás allá <strong>de</strong>l ámbito <strong>de</strong>l fenómenopara captar (aunque seaper speculum in aenigmate) elplano <strong>de</strong>l fundamento (Fi<strong>de</strong>s etRatio). Esto implica tambiénuna competencia no restringidaal ámbito conceptual e instrumental,pero abierta a aquelsignificativo y relacional.Esto permite evitar la doblecontrapuesta corriente di hieratizacióny/o <strong>de</strong> banalizaciónque insidia a la celebración <strong>de</strong>los sacramentos. Sobre todo enuna situación existencialmentetan relevante y sensible comola enfermedad, una celebraciónárida vacía el signo sacramentaly traiciona la palabra <strong>de</strong> salvación.Como se ha visto, inclusopor la preocupante disminuciónnumérica <strong>de</strong> los presbíteros,se acentúa el riesgo <strong>de</strong> lareducción <strong>de</strong> la salvación <strong>de</strong>ntro<strong>de</strong>l perímetro reductivo <strong>de</strong>una onnívora teología <strong>de</strong> la Palabra.La eficacia <strong>de</strong> la Palabra,bien ilustrada por la Dei Verbum,no se pue<strong>de</strong> separar <strong>de</strong>lsacramento, y <strong>de</strong> ningún modose sustituye a él. Instancia críticaa<strong>de</strong>lantada también en elcampo protestante, como hacenotar Pannenberg: “Sólo nosqueda preguntarnos si el bautismoy la eucaristía son realmentesólo ilustraciones <strong>de</strong> esteproceso verbal, ¡que ya contaríaen sí mismo la presenciasalvífica!” 13 . ¡De la reducción<strong>de</strong> la teología <strong>de</strong> la palabra a lapastoral <strong>de</strong> la palabra solamente<strong>de</strong> consolación humana, elpaso es breve!En su dinámica narrativosimbólicael rito abre la experienciaprofunda en la que lasubjetivización no tiene lugarpor autoafirmación <strong>de</strong>l individuo,sino a través <strong>de</strong> su conversión.En el rito obra una originale insustituible pedadogía <strong>de</strong>la fe, que traza itinerarios <strong>de</strong>vida: “El rito es un agente <strong>de</strong>existencia, un agente <strong>de</strong> imágenes,una matriz que genera experiencias,lugar <strong>de</strong> una mayéuticapermanente” 14 .El rito sacramental llama alhombre a su creaturalidad, me-
diante la radical indisponibilidad<strong>de</strong>l lenguaje: “El hombreno posee el lenguaje, porqueno preexiste a él, sino se elaboraen su seno; antes bien, es poseídopor él” 15 .Pero no <strong>de</strong>bemos olvidarque si la aptitud simbólica esnatural, la actividad simbólicaes cultural. Por tanto, empeña ala catequesis en su obra <strong>de</strong> formaciónen el plano <strong>de</strong>l conocimiento(en sentido total) <strong>de</strong> lafe. Cuando esta tarea es biencomprendida y realizada, lacorporeidad entra como dimensiónnatural en la espiritualidad,como componente constitutivo<strong>de</strong> la celebración. Nocomo simple revestimiento, accesoriocasi fastidioso, sino comoforma a<strong>de</strong>cuada, según laley <strong>de</strong> la encarnación. La fecristiana y sus ritos no producenenajenamiento <strong>de</strong> la realidad,evasión en un mundo imaginario,sino capacidad parasumergirse en la vida en formasy expresiones cada vezmás auténticas, esto es, salvíficas.Entonces las mismas cosasse vuelven transparentes, reveladoras<strong>de</strong>l misterio <strong>de</strong> Dios.Todo esto pertenece a la tarea<strong>de</strong> iniciación propia <strong>de</strong> la catequesis,porque el hombre mo<strong>de</strong>rnoes miope, si es que no esciego, frente al símbolo porqueel pensamiento unidimensional(materialista) lo bloquea en elnivel más superficial <strong>de</strong> la realidad:“El acceso al mundo <strong>de</strong>los símbolos se hace posiblesólo mediante una agudizadacapacidad <strong>de</strong> percepción: sabermirar, escuchar, tocar, reabrirlas puertas a través <strong>de</strong> las cualesnuestro cuerpo se pone encomunicación con el ambiente,es <strong>de</strong>cir, restituir a los sentidossu función genuina, es el primerpaso indispensable paraacercarse al símbolo. El llamadoal símbolo es, pues, al mismotiempo invitación al re<strong>de</strong>scubrimiento<strong>de</strong>l propio cuerpo,<strong>de</strong> su forma <strong>de</strong> experiencia y<strong>de</strong> comunión: yo vivo, siento,percibo, ocupo un espacio, estoy<strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> un campo <strong>de</strong> interaccionesque interrogan entodo nivel. Cada símbolo tienesus raíces en la realidad sensible;por esta razón <strong>de</strong>bemosejercer nuestros sentidos siqueremos compren<strong>de</strong>r el lenguaje<strong>de</strong>l símbolo” 16 .Referencias“En su acercamiento a losenfermos y al misterio <strong>de</strong>l sufrimiento,es guiada por unaprecisa concepción <strong>de</strong> la personahumana y <strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino enel plan <strong>de</strong> Dios” 17 .La concepción cristiana<strong>de</strong> la corporeidadEs suficente una rápida menciónen se<strong>de</strong> teológico-práctica.Es necesaria porque la correctaperspectiva cristiana noes que sea prevaleciente en laconcepción generalizada. Comencemoscon los espléndidostestimonios patrísticos, quepresento textualmente:“Representa a Dios totalmenteocupado con la imagen<strong>de</strong> la arcilla; a ella El consagramanos, pensamiento, acción,sabiduría, previsión y, sobre todo,aquel amor que le inspiraeste proyecto. Porque todo loque se expresaba en este barro,estaba concebido como referenciaa Cristo, que habría sidohombre, esto es, también barro,y al Verbo que habría sido carne”18 .“En efecto, a través <strong>de</strong>l Hijoy el Espíritu – porque esto significanlas ‘manos’ <strong>de</strong>l Padre –el hombre, y no una parte <strong>de</strong>lhombre, se vuelve a imagen ysemejanza <strong>de</strong> Dios... El hombreperfecto es mezcla y unión<strong>de</strong>l alma, que ha recibido el Espíritu<strong>de</strong>l Padre, y <strong>de</strong> la carne, ala que está unida, plasmada aimagen <strong>de</strong> Dios”. Don<strong>de</strong> plasmadase refiere ¡tanto al almaque a la carne!... Cuando, encambio, este espíritu, unidocon el alma, se une al cuerpoplasmado, por efusión <strong>de</strong>l Espíritu,surge el hombre espiritualy perfecto, hecho a imageny semejanza <strong>de</strong> Dios” 19 .“En lo que se refiere al hombre,Dios lo ha creado con susmanos, tomando tierra finísimay purísima y combinando conjusta medida su fuerza a la tierra.Con este fin El imprimiósu semejanza a su criatura, paraque ella fuese imagen <strong>de</strong>Dios incluso en su aspecto exterior”20 .“Por tanto, hombre quiere<strong>de</strong>cir ante todo la materia mo<strong>de</strong>lada,luego el hombre total.Quisiera recomendarte estepensamiento para que te <strong>de</strong>scuenta que todo lo que ha sidoprevisto y prometido al hombreno se <strong>de</strong>be solamente al alma,sino también a la carne, sino en base al origen común,por lo menos por el privilegioimplícito en el vocablo” 21 .“Despierta, hombre, y reconocela dignidad <strong>de</strong> tu naturaleza.Recuérdate que has sido hechoa imagen <strong>de</strong> Dios: dañadaen Adán, ella ha sido replasmadaen Cristo” 22 .“El punto <strong>de</strong> llegada <strong>de</strong> estecamino, en efecto, es la fin <strong>de</strong>la aspiración humana. Ahorabien, el hombre <strong>de</strong>sea ante tododos cosas: en primer lugaraquel conocimiento <strong>de</strong> la verdadque es propio <strong>de</strong> su naturaleza.En segundo lugar, la permanenciaen el ser, propiedadcomún a todas las cosas. EnCristo se encuentra una yotra... Si buscas, pues, por don<strong>de</strong>pasar, acoge a Cristo porqueEl es el camino: “Ese es el camino,id por él” (Is 30, 21).Afirma Agustín: “Camina através <strong>de</strong>l hombre y llegarás aDios”. Es mejor cojear en elcamino que caminar velocesfuera <strong>de</strong> la vía. El que cojea enel camino, aunque a<strong>de</strong>lanta poco,se acerca al término. Elque, en cambio, camina fuera<strong>de</strong> la vía, cuanto más veloz corre,más se aleja <strong>de</strong> la meta” 23 .Aún somos esclavos <strong>de</strong>ldualismo metafísico <strong>de</strong> Descartessi con él afirmamos (onos <strong>de</strong>tenemos en el horizonteprecomprensivo) que la materiaes extensión inerte y el espíritues actividad inextensa.Por tanto, es necesario superaren la predicación y en la121
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