Dietoterapia, nutricion clinica y metabolismo_booksmedicos.org.pdf

CAPÍTULO 9. Obesidad: tratamiento quirúrgico 141
En general, las complicaciones son más frecuentes
en los pacientes con mayor IMC, con comorbilidad
importante o en los casos de reconversión de otras técnicas.
El desarrollo de hernia incisional es muy frecuente
tras la cirugía abierta en el paciente obeso. Se produce
en un 30-50% de los casos y casi siempre requiere una
nueva cirugía. Su prevención es una de las razones
(junto con el menor tiempo de hospitalización y la rápida
recuperación) de la utilización de técnicas con
abordaje laparoscópico.
La obesidad se asocia con un aumento en la in cidencia
de litiasis biliar. El riesgo de colelitiasis aumenta
aún más tras la pérdida rápida de peso, mediante dietas
de muy bajo contenido calórico y especialmente tras la
cirugía bariátrica. Los cambios en la secreción de hormonas
gastrointestinales pueden favorecer esta complicación,
que se produce en el 30-70% de los pacientes
según las distintas series.
La colecistectomía aumenta el tiempo quirúrgico y
las complicaciones. Por este motivo, no se recomienda
realizarla de manera preventiva si no hay colelitiasis y
la vesícula tiene un aspecto normal. Algunos estudios
han observado que el tratamiento con ursodesoxicólico
podría prevenir esta complicación.
La litiasis renal por oxalato cálcico es frecuente en
el síndrome de intestino corto y en los cuadros de malabsorción.
Cuando existe esteatorrea (malabsorción
de grasa) se produce un aumento de la absorción intestinal
de oxalato e hiperoxaluria. Se recomienda suplementar
con calcio (tomado durante las comidas) y evitar
la ingesta de alimentos ricos en oxalato, como los
refrescos de cola, el té, y algunos vegetales (tomate,
espinacas...).
El síndrome de dumping se produce como consecuencia
de la cirugía digestiva cuando se afecta el
vaciamiento gástrico. En bypass gástrico y en la derivación
biliopancreática clásica se realiza una anastomosis
gastroyeyunal que modifica el vaciamiento gástrico
y lleva los alimentos directamente al yeyuno, sin
pasar por el duodeno. En el cruce duodenal, el mantenimiento
del píloro hace menos probable que se presenten
estos problemas.
El denominado síndrome de dumping precoz ocurre
pocos minutos después de la ingesta y se manifiesta por
mareo, hipotensión, taquicardia o bradicardia. Se piensa
que se produce como consecuencia de los cambios
hemodinámicos al llegar al yeyuno un contenido de
elevada osmolaridad. Se puede prevenir haciendo un
reposo en decúbito después de las comidas y evitando
los alimentos de elevada osmolaridad, como los zumos.
El síndrome de dumping tardío es mucho más frecuente
que el anterior. Consiste en la aparición de
síntomas de hipoglucemia (sensación de hambre,
sudoración, taquicardia, bradipsiquia) que ocurren
aproximadamente 60-90 minutos tras la ingesta y
puede resultar muy molesto e incluso peligroso para
el paciente. Se produce por un aumento de secreción
de hormonas con efecto incretina (como GLP-1), que
estimulan la secreción de insulina. Se han descrito
algunos casos de nesidioblastosis (proliferación de
los islotes pancreáticos) tras BPG. Se debe evitar la
ingesta de carbohidratos de absorción rápida. Los inhibidores
de la alfaglucosidasa (como la acarbosa)
pueden mejorar los síntomas.
La úlcera de boca anastomótica y la hemorragia digestiva
es una complicación potencialmente grave que
se debe prevenir utilizando ranitidina o inhibidores de
la bomba de protones (como el omeprazol) Se recomienda
diagnosticar y tratar la infección por Helicobacter
pilorii antes de la CB.
La pérdida de grasa intrabdominal y los cambios
tras la cirugía pueden favorecer la producción de hernias
internas que originan sufrimiento intestinal. Este
cuadro requiere habitualmente un tratamiento quirúrgico,
que en ocasiones incluye resección intestinal.
A pesar de que, a diferencia del bypass yeyuno ileal,
las técnicas actuales de cirugía bariátrica no dejan
ninguna “asa ciega”, es decir, un asa intestinal que no
esté en contacto con los alimentos o con las secreciones
biliopancreáticas, en algunos casos se puede producir
sobrecrecimiento bacteriano. Se manifiesta clínicamente
por una diarrea acuosa, de predominio
nocturno, con dolor abdominal y retortijones. Puede
existir desnutrición proteica y deficiencia de vitamina
B 12 . El diagnóstico se establece mediante el test del
aliento. El tratamiento antibiótico (metronidazol, rifaximina)
mejora los síntomas. Es necesario evaluar si
existe algún problema anatómico que pueda favorecer
esta situación.
Se han descrito muy pocos casos de carcinoma esofágico
o gástrico tras la CB, por lo que no parece ser
una complicación frecuente. Algunos de ellos han
ocurrido en el estómago excluido. Se recomienda realizar
una exploración endoscópica o una TC si existe
sospecha clínica, en los pacientes con más de 15 años
de la cirugía y antes de una cirugía de reconversión.
Complicaciones nutricionales
Las complicaciones nutricionales de la CB dependen
del tipo de cirugía, de la dieta y de otras características
del paciente. Los mismos mecanismos que
participan en la pérdida de peso (disminución de la ingesta
y malabsorción) pueden producir alteraciones