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Dietoterapia, nutricion clinica y metabolismo_booksmedicos.org.pdf

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584 <strong>Dietoterapia</strong>, nutrición clínica y <strong>metabolismo</strong><br />

descrito una incidencia del 30-40 %, aunque el grado<br />

de afectación es muy variable.<br />

La EICH se ha clasificado en aguda y crónica (Tabla<br />

41.2). La EICH aguda aparece en los primeros<br />

días postrasplante, generalmente entre el día 5 y 47,<br />

después del acondicionamiento. Afecta a piel, hígado<br />

e intestino. A nivel cutáneo se manifiesta como un eritema<br />

máculopapular generalizado. A nivel hepático, se<br />

origina por degeneración y necrosis de los conductos<br />

biliares intrahepáticos. Se manifiesta como elevación<br />

de bilirrubina y fosfatasa alcalina. Por último, a nivel<br />

intestinal, puede afectar tanto al intestino delgado<br />

como al colon. Se observa desde una alteración del<br />

epitelio de la mucosa, hasta ulceración focal de la pared<br />

intestinal con riego de perforación. Se manifiesta<br />

clínicamente por anorexia, nauseas, vómitos, intolerancia<br />

alimentaria, dolor abdominal, diarrea intensa,<br />

incluso rectorragia. Una vez establecida la EICH aguda,<br />

el tratamiento de elección consiste en la administración<br />

de corticoides a altas dosis, fármacos inmunosupresores,<br />

octreótido, analgesia y nutrición artificial.<br />

Desde el punto de vista <strong>nutricion</strong>al, siempre que no se<br />

alcancen los requerimientos <strong>nutricion</strong>ales se deben<br />

pautar suplementos orales. Si el paciente, presenta<br />

además, diarrea se debe recomendar una dieta pobre<br />

en grasa y residuos. Si la diarrea es intensa se debe<br />

mantener al enfermo en dieta absoluta e iniciar nutrición<br />

parenteral.<br />

La EICH crónica aparece después del día 100 del<br />

trasplante, aunque en algunos casos se observan características<br />

clínicas de la EICH aguda después de esta<br />

fecha y viceversa. Se manifiesta clínicamente por infecciones<br />

de repetición, enfermedades inmunes asociadas<br />

y afectación cutáneo-mucosa, ocular, hepática,<br />

TABLA 41.2. Tipos de Enfermedad Injerto Contra Huésped<br />

(EICH)<br />

Alogénico<br />

Transfusional<br />

Autogénico<br />

o singénico<br />

Aguda<br />

Crónica<br />

Secundaria a la administración de<br />

transfusiones no irradiadas en pacientes<br />

inmunodeprimidos.<br />

Aparición a los 4-30 días de la transfusión.<br />

Curso hiperagudo.<br />

Mortalidad del 90 %.<br />

Irradiación de los productos hemáticos para<br />

su profilaxis.<br />

Incidencia espontánea del 7-10 %.<br />

Requiere timo funcionante y<br />

acondicionamiento.<br />

Normalmente sólo afectación cutánea<br />

mínima.<br />

Mortalidad nula.<br />

gastrointestinal, pulmonar y neuromuscular. A nivel<br />

hepático se presenta como colestasis, que puede evolucionar<br />

a cirrosis. A nivel intestinal, origina diarrea<br />

crónica con malabsorción intestinal. El tratamiento<br />

depende del órgano afectado, pero en general incluye<br />

la administración de corticoides, inmunosupresores,<br />

profilaxis antinfecciosa y mediadas de soporte. Como<br />

en el caso de la EICH aguda, desde el punto de vista<br />

<strong>nutricion</strong>al, en la enfermedad crónica se debe recomendar<br />

el seguimiento de una dieta pobre en grasa y<br />

residuos. Si con esta medida no se consigue mantener<br />

un buen estado de nutrición, se deben añadir suplementos<br />

orales. En caso de diarrea importante se debe<br />

iniciar nutrición parenteral (5) .<br />

Enfermedad venoclusiva hepática<br />

Constituye un conjunto de síntomas y signos hepáticos.<br />

A pesar de que la enfermedad venoclusiva es<br />

sólo una de las causas de la afectación de este órgano,<br />

en la práctica este término se suele emplear para designar<br />

la afectación hepática postrasplante en su conjunto.<br />

Aparece tanto en el trasplante alogénico como<br />

en el autólogo, en aproximadamente un 20 % de los<br />

pacientes.<br />

Se debe a una lesión tóxica sobre el endotelio sinusoidal,<br />

el endotelio de las venas centrolobulillares y el<br />

propio hepatocito, originada por los citostáticos y la<br />

irradiación. Desde el punto de vista histológico, se observa<br />

oclusión de las venas centrolobulillares, fibrosis<br />

sinusoidal y necrosis hepatocitaria. Como consecuencia<br />

de todo ello se produce obstrucción al flujo hepático<br />

y aparece hipertensión portal postsinusoidal. Suele<br />

comenzar en las 2-4 semanas después del régimen de<br />

acondicionamiento, más frecuentemente durante la<br />

fase de pancitopenia. Se manifiesta clínicamente por<br />

ictericia, dolor en hipocondrio derecho, hepatomegalia,<br />

edemas y ascitis, e incluso encefalopatía.<br />

No existe un tratamiento verdaderamente eficaz.<br />

Desde el punto de vista <strong>nutricion</strong>al se debe restringir<br />

la ingesta de agua y sal (6) . Si el paciente presenta encefalopatía<br />

hepática, se deben disminuir, además, los<br />

aportes de proteínas. Como ocurre en otras enfermedades<br />

hepáticas, si el paciente tolera mal los aportes<br />

de proteínas, se pueden utilizar aminoácidos ramificados.<br />

En los últimos años se ha especulado que la lesión,<br />

al menos en parte, puede estar inducida por la presencia<br />

de radicales libres y la depleción de antioxidante.<br />

En este sentido, dado que la glutamina es un factor limitante<br />

en la síntesis de glutation hepático e intestinal<br />

durante el estrés metabólico, algunos autores han re-

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