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Dietoterapia, nutricion clinica y metabolismo_booksmedicos.org.pdf

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174 <strong>Dietoterapia</strong>, nutrición clínica y <strong>metabolismo</strong><br />

fuerte sentimiento de autoidentidad que hace en muchos<br />

casos recomendable un apoyo psicológico, si<br />

bien sus efectos para algunos autores son sólo moderados<br />

(4) . Las necesidades de nutrientes no han sido investigadas<br />

específicamente, por lo que se admiten las<br />

mismas que en los demás adolescentes (3) . En los adolescentes<br />

con DM tipo 2 es adecuado un estilo de vida<br />

saludable (5) que mantenga un peso, crecimiento, glucemia,<br />

perfil lipídico y tensión arterial en límites adecuados.<br />

Según reconoce la ADA no se puede hacer recomendaciones<br />

<strong>nutricion</strong>ales para la prevención de la<br />

DM tipo 1, y, aunque no hay datos suficientes en cuanto<br />

a la DM tipo 2 en jóvenes, se recomiendan intervenciones<br />

sobre el estilo de vida incluyendo una reducción<br />

de la ingesta energética y una actividad física<br />

regular, respetando las necesidades <strong>nutricion</strong>ales mínimas<br />

para un crecimiento y desarrollo normales.<br />

Embarazo y lactancia<br />

La ADA recomienda una ingesta energética que<br />

permita aumentar de forma adecuada el peso, salvo en<br />

mujeres obesas o con sobrepeso con diabetes gestacional<br />

(DG), en las que es apropiado restringir de forma<br />

moderada la energía y los hidratos de carbono. El<br />

90 % de las DG son controladas con dieta. Debe evitarse<br />

la cetonemia tanto de ayuno como por cetoacidosis.<br />

La dieta debe ser individualizada según cetonuria,<br />

glucemia, apetito y peso (6) . Las recomendaciones en<br />

cuanto a suplementos de hierro, ácido fólico y yodo<br />

son similares a las de las mujeres no diabéticas (7) . En<br />

el plan de comidas individualizado, lo primero es calcular<br />

la cantidad de calorías necesarias según el IMC,<br />

edad y actividad, no recomendándose menos de 1.800<br />

Kcal/día para evitar la cetosis. En segundo lugar se repartirán<br />

los tres nutrientes energéticos (normalmente<br />

55 % de HC (mínimo 175 g/d), 15 % de proteínas (1 g/<br />

kg/d, preferentemente de alto valor biológico como<br />

huevos, lácteos, carne y pescado) y 30 % de grasas (limitando<br />

la saturada al 7-10 %, los aceites vegetales y de<br />

pescado poliinsaturados a menos del 10 % y favoreciendo<br />

el consumo de grasa monoinsaturada como el aceite<br />

de oliva, cacahuetes y nueces, garantizando al menos un<br />

aporte de ácidos grasos esenciales de 15-25 g/d). En algunos<br />

casos de DG pueden aumentarse los lípidos<br />

hasta el 30-40 % y reducirse los hidratos de carbono<br />

hasta el 40-50 % si fracasa el tratamiento dietético<br />

convencional. Como edulcorantes pueden utilizarse<br />

aspartamo, acesulfamo K, sacarina y sucralosa. La fibra<br />

aconsejada es de 20-35 g/d, por lo que se recomienda<br />

un consumo elevado de vegetales. Por último<br />

se repartirán las ingestas, recomendándose habitualmente<br />

tres comidas y de dos a cuatro suplementos al<br />

día (8) . Si se necesita añadir insulina, la constancia en el<br />

número y distribución de las raciones de HC facilita el<br />

ajuste de las dosis. Conviene realizar una encuesta de<br />

los hábitos dietéticos de la paciente para tener certeza<br />

de una adecuada ingesta y planificar la dieta adaptándose<br />

a sus costumbres y horarios. En el caso de DM<br />

pregestacional, salvo que empiece el embarazo desnutrida,<br />

no necesita aumentar las calorías en el primer<br />

trimestre (9) (Figura 12.1).<br />

La lactancia es muy recomendable para las mujeres<br />

con DM ya que disminuye la glucemia. Se recomiendan<br />

unas 33-35 kcal/kg de peso ideal, debiendo evitar dietas<br />

de menos de 1.800 kcal/d (10) y frecuentemente se requiere<br />

un suplemento de HC antes o durante la toma (1) .<br />

En la DG se recomienda una modificación del estilo de<br />

vida tras el parto para reducir peso o al menos prevenir<br />

su ganancia y un aumento de la actividad física.<br />

Ancianos<br />

Las necesidades en los ancianos diabéticos se extrapolan<br />

de las recomendaciones generales para estas<br />

edades, debiendo elegir alimentos con bajo índice glucémico,<br />

ricos en fibra y proteínas de alto valor biológico<br />

así como un mínimo de 1.200 mg de calcio diarios<br />

(3 raciones de lácteos) (11) . La ADA reconoce que si<br />

presentan obesidad pueden beneficiarse de una restricción<br />

calórica moderada (que conlleve una pérdida del<br />

5-10 % del peso corporal) y un aumento de la actividad<br />

física. En casos con ingesta insuficiente puede estar<br />

indicado un suplemento vitamínico (1) . Especial<br />

atención hay que prestar a los ancianos institucionalizados<br />

que presentan mayor riesgo de desnutrición y<br />

deshidratación. No hay evidencia para mantener las<br />

tradicionales dietas “sin azúcares añadidos” y en las<br />

instituciones se recomienda mantener la cantidad de<br />

carbohidratos constante en las comidas (1) . Los ancianos<br />

son especialmente reticentes a realizar cambios en<br />

sus hábitos dietéticos por lo que es esencial conocer<br />

los mismos para intentar adaptarse (12) y realizar recomendaciones<br />

específicas sobre el estilo de vida para<br />

controlar otros factores de riesgo cardiovascular asociados<br />

como la hipertensión y dislipemia (13) .<br />

Las dietas vegetarianas<br />

Dieta vegetariana es aquélla que no incluye carne,<br />

pescado ni aves. Se basa en cereales, verduras, frutas,<br />

legumbres, semillas y nueces de forma exclusiva en el

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