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610 <strong>Dietoterapia</strong>, nutrición clínica y <strong>metabolismo</strong><br />

algunos países de la Unión Europea y determinar los<br />

posibles factores que contribuyen a la protección de la<br />

salud en las personas mayores (42) . Se aconseja un consumo<br />

preferente de carbohidratos complejos como<br />

base del aporte energético (legumbres, cereales, tubérculos),<br />

reducir el consumo de grasa, con preferencia<br />

de la insaturada (pescado, aceite de oliva, de girasol o<br />

de maíz) sobre la saturada (carne y embutidos, mantequilla)<br />

y potenciar el consumo de fruta y verdura por<br />

su contenido en fibra y antioxidantes. Los lácteos deben<br />

estar presentes también diariamente con objeto de<br />

asegurar un aporte correcto de calcio. Puesto que en el<br />

proceso del envejecimiento suele alterarse el mecanismo<br />

de la sed, es necesario asegurar una ingesta adecuada<br />

de líquidos, programando a lo largo del día tomas<br />

regladas a intervalos regulares, preferentemente<br />

de agua (43) . Se debe individualizar el aporte global así<br />

como la textura de los alimentos en función de los requerimientos<br />

energéticos y la capacidad de masticación<br />

y deglución de cada uno (Tabla 42.6).<br />

Siempre que sea posible se recomendará la realización<br />

de ejercicio físico diario ajustado a su situación<br />

funcional. La actividad física regular contribuye a limitar<br />

en parte alguno de los cambios fisiológicos del<br />

envejecimiento, preservando la masa muscular, incrementando<br />

el apetito y, junto a la ingesta de alimentos<br />

ricos en fibra y de suficiente aporte de líquidos, mejora<br />

el tránsito intestinal y por tanto el estreñimiento.<br />

TABLA 42.6. Recomendaciones dietéticas en la vejez<br />

• Aporte energético apropiado para su grado de actividad:<br />

evitar obesidad.<br />

• Consumo preferente de alimentos vegetales: cereales (si es<br />

posible, integrales), legumbres, tubérculos, fruta, verdura.<br />

• Recomendar el consumo de pescado y carnes magras.<br />

• Aporte diario de lácteos.<br />

• Consumo limitado de grasa, sobre todo saturada.<br />

• Alternar el consumo de alimentos de cada grupo: dieta<br />

variada.<br />

• Textura adecuada a su capacidad de masticación/deglución.<br />

• Fraccionada en 5-6 tomas al día, evitando comidas copiosas.<br />

• Sencilla y de fácil preparación.<br />

• Presentación vistosa y agradable.<br />

• Asegurar el aporte de líquidos reglado.<br />

• Moderar el consumo de bebidas excitantes, especialmente<br />

el alcohol.<br />

• Evitar las bebidas gaseadas.<br />

• Evitar las restricciones dietéticas innecesarias.<br />

• Revisar periódicamente la medicación.<br />

• Estimular la actividad física.<br />

• Siempre que sea posible, comer en compañía y en ambiente<br />

relajado.<br />

Teniendo en cuenta que, por sus menores requerimientos<br />

energéticos, las personas de edad suelen tener<br />

una ingesta global reducida, existe el riesgo de déficit<br />

de micronutrientes, por lo que se debe valorar la conveniencia<br />

de suplementar con preparados específicos<br />

aquellos casos en los que la dieta no cubra esas necesidades<br />

(44) .<br />

RESUMEN<br />

La relación entre tipo de dieta y ciertas enfermedades<br />

(obesidad, diabetes, aterosclerosis, ciertos tipos de<br />

cáncer) parece claramente establecida. Los factores<br />

dietéticos implicados se identifican fundamentalmente<br />

con el exceso de aporte de calorías, de grasa total, de<br />

grasa saturada y de sal y el escaso consumo de carbohidratos<br />

complejos, de fibra y de antioxidantes. El<br />

desarrollo, desde las primeras etapas de la vida, de<br />

unos hábitos dietéticos y un estilo de vida adecuados,<br />

puede por tanto contribuir a retrasar o prevenir la aparición<br />

de enfermedades crónicas que inciden negativamente<br />

en la cantidad y calidad de vida de los individuos.<br />

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